Viernes 14 de abril de 2017
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La restricción de las libertades democráticas, la persecución polÃtica, la manipulación de la institucionalidad jurÃdica, son cuestiones que pertenecen a la práctica cotidiana del masismo y constituyen los detonantes que motivaron a tres ex presidentes y tres lÃderes de la oposición polÃtica firmar una "Declaración Conjunta en defensa de la democracia y justicia", denunciando las insanas intenciones gubernamentales.
Siempre se ha reclamado por éstas libertades desde que se instaló éste gobierno hace once años, pero que lo digan ahora juntos todos los lÃderes de oposición y ex presidentes, adquiere una connotación trascendental y semejante a la huelga de las mujeres mineras que en 1.978, obligó al general Banzer a retirar a sus cuarteles a las Fuerzas Armadas y dar paso a la restitución de las libertades polÃticas y democráticas. Sus repercusiones ya comienzan a escucharse a nivel nacional e internacional.
La situación en ese tiempo era casi la misma que ahora; confinamientos, destierros, masacres mineras y campesinas, persecuciones, acallamientos de los sindicatos y de los partidos polÃticos, incapacidad para gobernar, la falta de capacidad para discutir las ideas polÃticas y enfrentar con racionalidad las confrontaciones con la oposición, en el caso de los militares con la sociedad civil. Eran cortos de ideas, como lo son ahora quienes asumen de voceros, parlamentarios y defensores del "proceso de cambio", que ven en las intenciones y propuestas democráticas cuestiones folclóricas; de corbatas, probablemente frente a las ojotas. Los bolivianos vivimos con el Jesús en la mano como antes, que debÃamos caminar con nuestro testamento bajo el brazo. Andamos pendientes de que nos instauren procesos por criticar y proponer cuestiones diferentes al masismo.