Miercoles 12 de abril de 2017
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Editorial y opiniones
Amor, fe y esperanza son factores de vida y unión
12 abr 2017
Armando Mariaca V.
La Semana Santa que se inició el Domingo de Ramos recuerda la vida, pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo que se inmoló por causa de la humanidad de todas las generaciones. Lo sublime de Su vida entre los hombres ha mostrado la omnipotencia y misericordia del Creador. Cristo, con Su vida, Su pasión, Su muerte y Su resurrección ha dado vida al mundo y ha mostrado que ?l es, en todo tiempo: amor y vida, unión y armonía, entrega y esfuerzo en bien del ser humano; ha señalado los caminos por los que corresponde recorrer no solamente para alcanzar mejores condiciones de vida en la Tierra sino para asegurar Su reino de los Cielos que El ha comprometido para todos.
Cristo, con el sublime sacrificio de Su vida, ha prometido la vida y salvación de la humanidad; ha mostrado que solamente la fe, el amor y la verdad practicadas permanentemente, dan razón de vida y abren las compuertas de la esperanza. ?l, que sembró amor y unidad entre los hombres, que expresó conceptos claros con las Bienaventuranzas predicadas en el Sermón de la Montaña, en Jerusalén, ha dado pautas para que el ser humano actúe en consonancia con las leyes de Dios y haciendo práctica continua a lo expresado en el Evangelio relatado por cuatro apóstoles, señalan caminos seguros de salvación.
Cuando se habla de amor y fe se lo hace bajo el principio de que el hombre mientras tenga ambos valores en su vida, puede vivir plenamente porque esas dos virtudes implican cumplir con Dios y con las leyes de los hombres, vivir conforme a virtudes que en la práctica diaria se las haga valores y principios, que el diario vivir se convierta en acciones favorables a todos los habitantes del país; que esas condiciones sean normas de vida para los que poseen poder político, económico o de cualquier naturaleza; finalmente, para que las reglas escritas por el Creador y ampliadas hasta el infinito por Jesús, sean caminos seguros de vida.
No entender el mensaje cristiano en estos días santos es rehuir, a propósito, de caminos seguros que a uno lo conduzcan hacia la cima segura que es el reino de Dios; es alejar al hombre de las profundidades del infierno que es un mal modo de existir causando daño físico, material o moral al prójimo que está para ser amado y servido conforme a normas y principios acordes con la voluntad y bondad divinas.