Carta democrática interamericana

Creada por el consenso de la OEA en 2001, la Carta Democrática Interamericana fija mecanismos graduales para intervenir en un Estado miembro en caso de "una alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático". En caso extremo podrían terminar con la suspensión del país de la OEA.

Cuando en un Estado no se respeta la voluntad del soberano, la Constitucionalidad, el ordenamiento jurídico, predomina el autoritarismo y existe convulsión social entonces se hace imprescindible la intervención de la Organización de Estados Americanos (OEA) mediante la carta democrática con el objeto de que este organismo interponga sus buenos oficios con el propósito de recuperar el estado de Derecho, la democracia, el Ordenamiento jurídico y la constitucionalidad democrática que fueron vulnerados

Cuando los Gobiernos abusan del poder y actúan con autoritarismo con acciones en contra la Constitucionalidad y los principios democráticos, de autonomía e independencia de los poderes públicos, se pierde el control interno, los gobernantes pierden el respeto a la ley, la libertad de expresión y de prensa, las libertades públicas y los derechos humanos, no se efectúan las elecciones justas libres y transparentes, ocasiona la intolerancia del soberano que puede dar lugar a situaciones difíciles de controlar, entonces nace la necesidad de elaborar la Carta Democrática.

La Elaboración de una Carta Democrática representa un trabajo arduo, serio y profesional del Consejo Permanente, porque constituye el más significativo logro de objetivos de fortalecimiento de la democracia, mediante la formación grupos de negociaciones para recuperar el ordenamiento jurídico constitucional.

Se considera esencial generar ambientes de debate sobre el estado de la democracia en el hemisferio, sus logros y sus limitaciones en el movimiento globalizado en la que nos encontramos, poniendo de relieve las relaciones entre democracia, desarrollo, y el respeto a los derechos humanos.

La democracia representativa se refuerza y se profundiza con la participación permanente, ética y responsable de la ciudadanía, a través de decisiones relativas a su propio desarrollo como un derecho y una responsabilidad de los propios habitantes de un país.

La Carta afirma la obligación de los gobiernos a defender el derecho a la democracia, la educación los derechos de los trabajadores, eliminación de todas las formas de discriminación y de intolerancia, así como la promoción y protección de los derechos humanos de los pueblos indígenas y los pueblos migrantes y el respeto por la diversidad étnica, cultural y religiosa en las Américas.

Toma importancia el desarrollo integral y lucha contra la pobreza, resaltando el vínculo estrecho entre democracia y desarrollo económico, dando prioridad a los temas de analfabetismo, creación de empleo productivo, observancia de los derechos económicos, sociales y culturales, preservación y manejo adecuado del medio ambiente, y el concepto de educación al alcance de todos. La Carta establece con firmeza la subordinación constitucional de todas las instituciones del Estado a la autoridad civil legítimamente constituida y el respeto al estado de derecho de todas las entidades y sectores de la sociedad.

Es un documento que reúne la preocupación de un Estado en todos los campos para mejorar el estado democrático como fruto del entendimiento de organizaciones sociales y fuerzas vivas de un país, el respeto a las normas legales de alcance global como signo inequívoco de una determinación común de defender y promover la democracia. Es una señal clara y una advertencia que si en alguno de los Estados miembros se pone en peligro el sistema democrático de gobierno articula un plan colectivo para responder de manera contundente actos antidemocráticos.

La aplicación de Carta democrática es la referencia del uso de las "gestiones diplomáticas" y "los buenos oficios" en la medida que un gobierno lo requiera o lo solicite. Esta norma le da un sentido de gradualidad que permite contribuir con acciones a la preservación y fortalecimiento de la institucionalidad democrática. Otorga importancia a las misiones de observación electoral, las cuales son una garantía de probidad, imparcialidad y confiabilidad en los procesos electorales.

La Carta es una guía de comportamiento democrático, un manual de conducta. Ella demuestra el profundo compromiso con la democracia, pero no se puede esperar que resolverá todos los problemas del presente o que puedan surgir en el futuro. La democracia se refiere a un sistema político de instituciones y valores democráticos donde se debe preservar la participación equitativa de varones y mujeres en las organizaciones políticas institucionalizando la alternancia en el poder.

Los países democráticos deben fortalecer su democracia mediante el respeto a los derechos humanos, libertad de expresión, efectuando elecciones periódicas con equidad, alternancia y transparencia; independencia de Poderes, despolitización del Poder Judicial, todo con el propósito de conseguir un Estado fuerte, eficaz, prestigioso, democrático, respetuoso, que garantice los derechos de todos los habitantes de un país, de este modo no será necesario aplicar la Carta Democrática Interamericana.

(*) Ingeniero