Ropa china al por mayor

La estadística de organismos nacionales que siguen el proceso de importaciones, comercio e industria coinciden al reconocer que la ropa china inundó los mercados nacionales y es provista por importadores que incluso viajan al país asiático para elegir la prendería que comprada legalmente sustituirá a la producida en el país, generando un gravísimo problema de competencia en precio y en ciertos rubros también en calidad.

No hay prohibición, tampoco ninguna regulación para importar ropa china, de modo que esa liberalidad comercial ha provocado la saturación de mercados en La Paz, El Alto y Oruro, que se han convertido en las plazas de acopio de los productos chinos que se venden al por mayor y menor, resultando sorprendente la cantidad de esa ropa que consignada por aduana como legalmente importada no tiene restricciones para su comercialización.

Confeccionistas que trabajaban con cierto tipo de prendas y con un comercio hasta hace tiempo atrás mayorista, han ido disminuyendo paulatinamente su producción hasta llegar a punto cero y convertirse en revendedoras de la variada prendería china. El factor de industria de cualquier dimensión desaparece, y arrastra en su caída a centenares de empleados, que a su vez por la necesidad de subsistencia se dedican al comercio informal.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), procesados por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) la importación boliviana de variedad de textiles tiene su mayor movimiento en el mercado de China que provee hasta un 90 por ciento de ese comercio, al que se añade en mínima cantidad otra producción proveniente de Brasil, Perú, México y algo de Colombia, quedando otro rubro de alto movimiento de Estados Unidos, atribuyéndose la exportación de prendería usada más conocida como "ropa américana" y que igualmente llena un comercio marginal que no tributa, pero que está en las calles y hasta en negocios instalados en varias ciudades, especialmente en Oruro. Para este rubro de mercadería existen disposiciones concretas que prohíben su importación, pero la famosa ropa usada entra al mercado nacional por la vía del contrabando que se organiza y distribuye en puertos chilenos.

Se trata de un "grandísimo problema" como lo reconocen los dirigentes de las cámaras de exportación, importación y de comercio en nuestro país, mostrando cifras realmente alarmantes sobre el daño que ocasiona la magnitud de los productos chinos que copan centenares de puestos de venta en mercados del país, mientras en igual o mayor proporción se cierran talleres textiles y otros que trabajan con cuero en el rubro de marroquinería.

Hay necesidad de revisar las normas, poner freno a ciertas importaciones especialmente la de China, además de hacer cumplir las prohibiciones para comerciar ropa usada. Gravar de algún modo a título impositivo, un comercio irregular que altera y afecta no uno, sino varios rubros de nuestra actividad económica. Un problema de connotación social sumamente perjudicial.

Un dato revelador que complementa el dramático problema, señala que hasta el 2015 Bolivia exportaba 4.292 toneladas de su producción y el año pasado la cantidad bajó a 612 toneladas.

Fuente: LA PATRIA