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Sábado 01 de abril de 2017

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Revista Tu Espacio

CINE

Fragmentado: Shyamalan y la identidad

01 abr 2017

Fuente: Israel Paredes (sensacine.com)

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A pesar de los éxitos de El sexto sentido, El protegido, Señales o El bosque entre finales de los noventa y mediados de la siguiente década, M. Night Shyamalan se fue convirtiendo en un cineasta que parecía, en cada película, tener que demostrar que el aplauso logrado, tanto de crítica como de público, no fue cosa de un momento o de una moda. Sin embargo, él mismo se fue ocupando, poco a poco, película tras película, no tanto en demostrar lo anterior, como sí que iba perdiendo el sitio que había logrado alcanzar, convirtiéndose casi en una caricatura.

Cuanto más grandes se hacían sus producciones (acorde con su ego), peores, en general, eran sus resultados. Cuando en 2015, tras un par de años sin rodar un largometraje, regresó de la mano de Blumhouse con La visita, el cineasta parecía volver a un terreno cómodo para él, con una producción pequeña, con un toque de ironía, además, con la que parecía retomar aquello que podía haber perdido con respecto a las películas que hicieron de él un cineasta de referencia para el género fantástico.

"Fragmentado", de nuevo con la Blumhouse, continúa, y mejora, lo emprendido con La visita, si bien estamos ante dos películas bien diferentes pero que, en ambos casos, muestran a un Shyamalan regresando a esos contornos en los que se maneja bien: pocos personajes, una historia sencilla en su planteamiento pero que va volviéndose más compleja según va avanzando, unos escenarios reducidos y cerrados y, sobre todo, la búsqueda de que impere el relato visual por encima del guion. El cual, por otro lado, vuelve a mostrar en "Fragmentado", en general, que es el punto débil de Shyamalan: si bien presenta una construcción inteligente, elaborada para trabajar diferentes puntos de vistas -miradas-, y por tanto, para hacer que el espectador se cuestione la suya, lo cierto es que adolece en determinados momentos de pasajes, y diálogos, que no están a la altura del planteamiento visual.

Porque Shyamalan es un director con una mirada visual de gran potencia, capaz de jugar con el espacio escaso de una habitación para definir a los personajes, para lograr que sus miradas y sus gestos sean parte de la narración y marcar su devenir, para ir formando un relato asentando en las imágenes, en la atmósfera que, desde el arranque, va creando.

"Fragmentado" comienza sin preámbulos, abriendo la película con una secuencia magnífica, la del secuestro, que define, en gran medida, a los dos personajes principales, Kevin (James McAvoy) y Casey (Anya Taylor-Joy).

El primero, un hombre que manifiesta más de una veintena de personalidades; la segunda, una joven inadaptada socialmente -algo que Shyamalan muestra en la primera imagen de la película sin necesidad de enfatizarlo- y quien, a pesar de estar bajo cautiverio de Kevin, mostrará cierta empatía hacia él; o quizá, reconocimiento.

Son dos de los tres puntos de vistas evidentes que articulan la narración, dado que el de la doctora Fletcher (Betty Buckley), aparece de manera intermitente, en un momento dado, de hecho, para entregar de manera prematura, o no tanto, alguna clave de la película. Luego, por supuesto, podríamos añadir los diferentes puntos de vista de algunas de las personalidades de Kevin, que, a la larga, son las que imponen la evolución del relato. Al fin y al cabo, entre otros temas, "Fragmentado" es una película sobre la identidad, sobre su construcción-, y no solo la de Kevin.

Fuente: Israel Paredes (sensacine.com)
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