Tensión en diálogo marítimo

En las autoridades chilenas se observa nerviosismo, por la demanda marítima de Bolivia, a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), para una salida soberana hacia el mar. Ha pasado mucho tiempo de la contienda bélica intervencionista de Chile a Bolivia, después del Tratado de Paz y Amistad de 1904 donde el Estado chileno se ha comprometido cumplir, manteniendo buenas relaciones diplomáticas, a falta de cumplimiento de ese tratado, el Estado de Bolivia fue perjudicado en su desarrollo económico, durante más de 138 años, la historia está demostrando que nuestra Patria, tenía el libre acceso al Océano Pacífico y una convivencia fraterna con los países vecinos y el mundo.

Para el desarrollo económico, comercial, el intercambio de los productos de nuestras industrias, se hace necesario mantener relaciones de amistad, entre países vecinos, en particular Bolivia y Chile, donde las autoridades deben sentar bases de una apertura de diálogo. El Gobierno de Bolivia, debe organizar equipo de profesionales e instituciones especializadas, para tener una estrategia marítima óptima, para lograr la salida soberana al mar, porque lo que ahora ocurre, es, una improvisación permanente, porque cualquier opinión que emiten algunas autoridades tiene contenido verbal agresivo al país vecino, empeorando el incipiente diálogo.

Para desarrollarnos económicamente, es conveniente mantener buenas relaciones con los países de Latinoamérica y el mundo, el futuro es la integración, la política nacionalista se debe combinar con lo internacional, obligados a entendernos a través de la diplomacia, a estas alturas del siglo, la política aislacionista, separatista, debe quedar atrás, porque los problemas de la humanidad nos permitirá la unidad de todas las naciones del mundo.

Las autoridades del Gobierno Central, tienen un lenguaje de irritación, provocación, insulto, soberbia, que no nos llevará a un buen puerto, es bueno tener tolerancia, hablar lo necesario, en las instituciones públicas y privados, se debe motivar la comunicación fraternal. El fundamentalismo histórico ha quedado todavía en nuestro vecino, particularmente en la oligarquía chilena, que no permite mantener relaciones de buena amistad.

Al gobierno de Chile ha irritado, la demanda marítima de Bolivia, hacia CIJ, porque antes de esa demanda el gobierno chileno estaba abriendo una negociación pacífica, ahora con la demanda, la tensión ha subido en la población, ahora ya no quieren dialogar con el gobierno boliviano, la negociación, el diálogo se va alejando más, se va inclinando hacia una tensión bélica, por malas actitudes de sus autoridades políticas, que no saben utilizar bien la comunicación.

Por esta tensión que ha provocado la demanda marítima a la CIJ, las autoridades, los funcionarios aduaneros, transporte, viajeros, la policía y el ejército, corren el riesgo de ser atropellados, amenazados, al transitar la frontera y se debe administrar nuestra frontera con mucho cuidado, con gente profesionalmente preparado en el campo de la diplomacia.

Frente a este conflicto, entre las autoridades de la frontera chilena y boliviana, los contrabandistas gozando de este comercio ilícito, confrontándoles a los gobiernos, que no va a ser fácil de exterminar, por el negocio millonario, se dedican a esta actividad informal por falta de fuentes de trabajo.

Mientras los gobiernos se pelean, en cambio nuestros pueblos hermanos aymaras, quechuas, mapuches, no tienen dificultades en sus relaciones culturales, económicas, comerciales, que se encuentran asentados en Chile, Perú y Bolivia.

Bolivia tiene bastante apoyo en su demanda marítima, de muchos países y líderes del mundo, ese respaldo no debe significar arrogancia en nuestras autoridades, siendo política de Estado. Para negociar la salida soberana hacia el mar, se debe acompañar con el desarrollo económico, comercial, intercambio de productos industriales, también hay que estudiar los intereses de la República de Chile, su desarrollo, porque este país, no va estar de acuerdo en que se afecte sus intereses económicos. Además el futuro está trazado a mantener relaciones pacíficas de integración latinoamericana, orientadas a convivir fraternalmente con todo los países del mundo, para enfrentar los problemas ambientales que está sufriendo nuestro planeta.