El lector ha podido observar la indiferencia que existe en nuestro paÃs hacia la exultante, formadora y cohesionadora actividad del teatro: el pasado 27 de marzo se celebró el dÃa mundial del teatro y las expresiones de evocación sobre el tema fueron escasas o nulas. El teatro en Bolivia debe renacer de las cenizas y estar más vivo que nunca, asà piensan y actúan en consecuencia el reconocido actor y director de teatro Guido Arze y la exitosa dramaturga y autora Verónica Armaza, quienes a resultas y, a propio esfuerzo, mantienen viva esta noble expresión artÃstica que destaca la sensibilidad de los pueblos con su Pequeño Teatro que mantiene relaciones de intercambio con teatros del exterior.
El teatro es muy fuerte, resiste y sobrevive a todo, sobre todo a las censuras, a la falta de dinero y apoyo estatal sostenible y el público siempre espera las iniciativas pues sin el público no existe el teatro y no hay que olvidar que aunque haya una sola persona de público siempre es público.
La única solución a la crisis del teatro reside en la esperanza de una gran caza de brujas, especialmente contra los jóvenes que quieren aprender el arte del teatro, como lo afirma DarÃo Fo; de esta forma surgirá una irrefrenable e incontenible diáspora de nuevos comediantes.
Al teatro hay que amarlo pues protege a una comunidad pequeña como a una población vasta; por ello es pertinente agradecer a Guido Arze y a Verónica Armaza y muchos anónimos que residen en todo el paÃs, que ofrendan su vida por el teatro.
(*) Abogado, postgrado en Educación e Interculturalidad, doctor honoris causa, escritor.
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