Llambias de Azevedo: Exultante filósofo sudamericano

Nuestra América del Sur ha dado y sigue dando a luz excepcionales pensadores, escritores y filósofos; lamentablemente no se conocen sus proficuas, enaltecedoras y orientadoras posiciones hacia la singularidad del pensamiento, como sucedió con el filósofo uruguayo Llambias de Azevedo, un filósofo tácitamente desconocido o relegado por los estudiosos de la propia América y Europa, privándose, por no leerlo, de sus enjundiosas posiciones y cogitaciones filosóficas.

Gracias a la inquietud generosa de mi amigo filósofo, el argentino Alberto Buela, que me refirió a este excepcional intelectual, encontré pensamientos filosóficos bellamente elaborados y de consistencia filosófica, que orientan a hombres y mujeres de la vida actual a una mejor conducta sobre las propias decisiones personales y las que acomete la autoridad, observe el lector la incidencia cardinal que decanta de una decisión y a ello nos aproxima sutilmente este filósofo.

La ubicación es un concepto físico y el que disponen los entes en su determinación espacial, entendida como la percepción de las cosas sensibles en su estar extendidas espacialmente, en su estructura y su distancia; el medio es un concepto biológico, es el medio ambiente al cual uno debe someterse y adaptarse; la circunstancia es un concepto antropológico objetivo que comprende el lenguaje y sus enlaces, el derecho como rector de la justicia, los usos y costumbres de donde emanan la leyes, las opiniones recibidas sujetas a asimilación o descarte, las instituciones: familia, iglesia, universidad, factoría o fabricas etc., y las relaciones particulares como amigos, enemigos y compañeros. Este elemento lo asimilo excelsamente pertinente pues la filosofía asume su tarea y misión formadora de la sabiduría, además de poder efectivo. Justamente por este elemento insisto en no infrecuentes artículos de prensa que, en lo referente a la docencia en las universidades, los docentes deben filosofar incesantemente para reconstruir la realidad y evolución de la materia que se enseña.

Observe el lector en este segundo elemento como el preclaro filósofo uruguayo circunscribe las expresiones, actitudes creencias y las siempre difíciles relaciones humanas en un único filón humano para comprender consecuentemente cada palabra que decimos, cada acto que acometemos; nos infiere Llambías de Azevedo que la filosofía está presente todo el tiempo consciente y también en el inconsciente, cuando germinan las ideas que, puntualmente debemos recogerlas e implementarlas cuando despertamos porque atemoriza como limite la finitud, entonces, esta acción de recolección de ideas, para que no se pierdan debe realizarse diligentemente.

Formidable en su concepción intelectual es la percepción del filósofo sobre la acción de la decisión, porque, según él, existe libertad de decisión y que la decisión por sí misma es buena al acto, con independencia de los principios, o sea una ética de la decisión. Para los que estudian o enseñan la Ciencia Política, Llambías les tiende una ayuda excepcional que concibió su pensamiento: todo sujeto en la toma decisiones debe deliberar sobre los medios y comprender la situación y, también el gobernante, pues la decisión sobre un Estado de Excepción no nace ex nihilo (de la nada), sino es producto de una interpretación de una crisis aguda, pues en el caos nada es injusto pero tampoco justo y la decisión recrea un orden nuevo. Seguramente Llambías leyó a Schmitt que pregonaba" la decisión libre y soberana es solo de quien decide es estado de excepción y es la suspensión del estado jurídico in totum (en todo).

De esta forma se produce. En pos de una mejor comprensión de la decisión, una simbiosis entre la Filosofía y la Ciencia Política.

Leyendo a este filósofo encontrara el lector y el estudioso de la filosofía la significación de su vida que fue encontrar la verdad en la profundidad (veritas est in puteo).

(*) Abogado, docente universitario, doctor honoris causa, escritor.