El tema del aborto es extremadamente complejo y muy susceptible de ser manipulado por grupos de poder, sean de los que definen las leyes y políticas públicas o de agrupaciones sectoriales con apetencias pragmáticas definidas, además de intelectuales, de muy reconocida capacidad y trayectoria, pero errados en sus definiciones coyunturales, las que atentan contra los valores humanos fundamentales, independientemente de las líneas ideológicas, religiosas o políticas que tengan.
Y cuando estos sujetos se refieren a un asunto tan grave para la sociedad, como el aborto, lo tratan como lo hacen los capitalistas en sus negocios, privilegiando lo utilitario por encima de todo para ganar más. Y la comodidad de las mujeres embarazadas para obligarse a sí mismas a abortar es utilitaria.
Para empezar, la vida humana, expresada en un bebé o una bebé, no empieza en el nacimiento, simplemente este hecho se trata de una continuación orgánica, un cambio de situación que implica que un ser humano se define en la concepción, o sea en el momento de la unión de un espermatozoide y un óvulo, el nacimiento de un feto que por razones de evolución primaria debe permanecer en el seno materno. Este embrión reúne todas las características genéticas del ser que legalmente llega a la vida en nueve meses, algo menos o algo más.
Ahora, los parlamentarios del MAS, a los que habría que confrontar abiertamente para que acaben con sus ocurrencias catastróficas para el futuro del país y la dignidad humana, han lanzado de manera temeraria, mediante la Comisión de Constitución de la Asamblea Legislativa Plurinacional, un proyecto que amplía arbitrariamente las causales de aborto legales a nueve.
La norma actual prevé cuatro causas de aborto impune: violación, rapto, incesto o estupro y si pone en riesgo la vida de la madre, pero dicha propuesta de Ley, no específica, la amplía a nueve causales: "No constituirá infracción penal cuando la interrupción voluntaria del embarazo sea solicitada por la mujer y concurran cualquiera de las siguientes circunstancias: se realice durante las primeras ocho semanas de gestación, por única vez y además la mujer: se encuentre en situación de calle o pobreza; declare no contar con recursos suficientes para la manutención propia o de su familia; o sea estudiante".
Por un lado, se ratifica a la pobreza como razón de impunidad para delitos como el infanticidio y la eutanasia, como si ser pobre fuese justificativo suficiente para violar cualquier norma. Por el otro, el ser estudiante ya no es un privilegio de formación intelectual y profesional, sino de cometer asesinatos impunes por prácticas sexuales irresponsables. Y lo de las ocho semanas es una cifra tan rebuscada que no tiene ningún asidero científico, cuando ni siquiera se puede determinar el día exacto de la concepción. O sea que un feto de 56 días (faliblemente determinados a priori) no tiene derecho a la vida y otro de 57 sí puede vivir. Algo absolutamente inmoral e irracional. Inmoral porque la vida humana, menos la de un ser inocente no se transa, e irracional porque una diferencia de un día es irrelevante en términos de evolución. Es el Estado masista el que debe asumir sus funciones legítimas de protección.
Para colmo de males, se quiere eliminar la figura de "objeción de conciencia" para que los médicos participen del aborto, obligando a estos a ser protagonistas de un crimen. Se sabe que vivimos en una sociedad plagada de embarazos no deseados y lo correcto es luchar por preservativos gratuitos para no abortar, pero no por el aborto gratuito para no morir.
La lucha es entre valores confrontados, pero que no dejan de ser complementarios, los que buscan predominar: por una parte la libertad y, por la otra, la vida. ¿Cuál es el más importante? Ninguno: ¿Si no hay libertad de qué sirve la vida? y ¿si no hay vida qué sentido puede tener la libertad?
Al final, si algunas mujeres irresponsables, y con pocos valores, tienen sexo sin protección y sus padres no les dan apoyo, entonces se tendría supuestamente que asesinar al ser producto de una relación, deseada o indeseada es lo menos importante. Hay padres que quieren ardientemente adoptar a algún niño o niña y las trabas son inaceptables.
En el Código Penal ya existen circunstancias por las que se puede abortar, que no acepto en ningún caso. Ahora, se me calificará de conservador religioso o médico hipócrita. En realidad no tengo ningún vínculo físico con estos sectores. Soy un comunista ateo y humanista que defiende el valor de la vida humana desde la concepción y ciertas personas hacen hasta lo imposible, se confabulan, para atentar contra la esencia de nuestro surgir y devenir, y dicen creer en Cristo.
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