La escalada de las ofensivas y contraofensivas en Siria ensombreció hoy (ayer) el diálogo de paz auspiciado por el enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura, quien se vio obligado a instar a los tres países garantes del alto el fuego en vigor desde diciembre pasado a actuar urgentemente.
En los últimos días grupos rebeldes sirios se han unido a otras formaciones yihadistas para emprender sendas ofensivas contra las fuerzas gubernamentales en los alrededores de Damasco y en la provincia central de Hama.
Este sábado a su vez hubo bombardeos y ataque aéreos contra un centro de detención de facciones islamistas en Idleb, en el norte del país y dominado por los yihadistas y los rebeldes, y sobre la localidad de Hamuria, bajo control de los rebeldes, en los que murieron al menos 32 personas.
Tras reunirse con De Mistura durante más de dos horas, el jefe negociador del régimen sirio, Bashar Yafari, abandonó hoy (ayer) el Palacio de las Naciones en Ginebra sin hacer declaraciones cuando fue preguntado por los bombardeos y ataques aéreos.
Sin embargo, su delegación ha querido abordar la seguridad y el terrorismo con el mediador como primer elemento del diálogo indirecto con la oposición.
Se trata del cuarto eje de la agenda pactada al final de la última ronda de negociaciones y que se incluyó por insistencia del régimen del presidente Bachar al Asad.
El gobierno ha acusado en varias ocasiones de terroristas a algunos miembros del Grupo de Riad, integrado en la Comisión Suprema para las Negociaciones (CSN), principal plataforma opositora.
Esta acusó hoy (ayer) a la "maquinaria asesina" del régimen de haber elegido deliberadamente Hamuria como objetivo.
El jefe negociador de la CSN, Naser Hariri, con fotografías en la mano, calificó de "masacre" el ataque efectuado con un avión de combate sirio, en el que fallecieron 16 personas, entre ellas dos niños y cuatro mujeres, según afirmó.
Para la oposición, Al Asad utiliza la cuestión de la lucha antiterrorista en las negociaciones de paz en Ginebra como "pretexto político" en foros internacionales como la ONU para "mantener su curso" sobre el terreno y para "obstaculizar el proceso político".
La oposición se ha centrado por ello en la transición política y las cuestiones legales de un órgano de gobierno transitorio que se crearía a raíz de una solución política.
De Mistura, quien se reunió hoy (ayer) también con los grupos de El Cairo y de Moscú, tolerados por el régimen sirio, que los considera más moderados que el Grupo de Riad, expresó su "profunda preocupación" por la escalada de los enfrentamientos armados en Damasco, Hama y en otros lugares de Siria.
Ello le ha llevado a enviar cartas a los ministros de Asuntos Exteriores de Irán, Rusia y Turquía, los tres garantes del frágil alto el fuego en vigor desde el 30 de diciembre en Siria, para instarles a "hacer esfuerzos urgentes para mantener el régimen del cese" de hostilidades, informó su oficina en un comunicado.
El enviado especial también ha hecho llegar el mismo llamamiento a Rusia y EE.UU. como copresidentes del Grupo Internacional de Apoyo a Siria -que agrupa a países con influencia e interés en Siria.
De Mistura advirtió de que "las crecientes violaciones" del alto el fuego en los últimos días "socavan el régimen del cese abordado en las reuniones de Astaná, y tiene consecuencias negativas importantes para la seguridad de los civiles sirios, el acceso humanitario y el impulso dado al proceso político".
El mediador en el proceso de paz recordó que el "esfuerzo común de Irán, Rusia y Turquía para garantizar el alto el fuego es indispensable para mejorar las condiciones sobre el terreno y contribuir a un clima que conduzca a progresos políticos productivos" en Ginebra.
De Mistura, que conduce la quinta ronda del diálogo de paz en Ginebra, acaba de regresar de una gira que le llevó a Riad, donde reside el grueso de la oposición política de Siria, a Moscú, el gran aliado del régimen junto con Irán, y a Ankara, con gran influencia sobre algunos grupos rebeldes,
Pese a recabar de todas estas capitales apoyo al proceso, no ha conseguido frenar la escalada de la lucha armada sobre el terreno.
El enviado especial para Siria viajará el lunes además a Jordania, para mantener consultas con la Liga Árabe, de la que espera igualmente su implicación para hallar una solución política al conflicto, que ha entrado ya en su séptimo año.
El conflicto ha causado al menos 320.000 muertos y más de la mitad de la población se ha visto obligada a abandonar sus hogares y convertirse en desplazados internos o refugiados.
Fuente: Ginebra, 25 (EFE).-
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