"Marcelo tenía el ñeque para conducir el periódico LA PATRIA"

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

El legado que dejó Enrique Miralles Bonnecarrere, fue muy bien asimilado por Marcelo Miralles Bová y su esposa Miriam Iporre de Miralles, el primero por tener el "ñeque", para conducir el periódico LA PATRIA, pese a las dificultades que incluso pusieron en peligro su vida en más de una ocasión, como de los periodistas de ese entonces, tal el caso de la masacre de Capasirca, en la que cubrió la noticia sin temor.

Con mucho respeto y consideración, como lo recuerda el ex trabajador de LA PATRIA, Rómulo Bracamonte, quien tuvo la oportunidad de compartir más de una "anécdota", si se puede llamar así, teniendo de por medio que poner en riesgo sus vidas. Un hecho que lo recuerda con mucha claridad por lo que representa en la historia nacional, la masacre de Amayapampa y Capasirca, en la que LA PATRIA, por ese tesón y compromiso de Marcelo y los periodistas fueron el único medio que cubrió la información entonces.

Al referirse a Marcelo, el entrevistado señalaba que tenía esa expresión de decir no importa si morimos cuando cubrimos la información, que tiene mucho costo más aún en esas épocas en la que los derechos humanos no tenían preponderancia, noticia que fue reflejada a la opinión pública, con la veracidad y honestidad; "tenía un corazón bien noble, no medía reparos, siempre estaba dispuesto a poner por delante el trabajo ante todo, en muchas ocasiones cuando se cubría la información policial, había gente que no tenía para enterrar a sus seres queridos, él silenciosamente ayudaba económicamente", dijo Bracamonte.

No le interesaba la hora y el tiempo cuando se tenía que publicar informaciones de primera mano o las llamadas "pepas", siempre pisaban los talones, en el buen sentido de la palabra, a los medios de comunicación a nivel nacional.

"Siempre viajábamos, también nos acompañaba doña Miriam a cubrir los accidentes, en una ocasión fuimos a un accidente a las 2 de la mañana, fui a avisarle a don Marcelo y me dijo como siempre ´vamos entonces´, a esa hora salió doña Miriam y nos dijo ¿a qué hora van a dormir ustedes? y nos fuimos a Tambo Quemado, siempre viajábamos con ellos, pero era prudente para manejar", puntualizó el entrevistado.

Ya pasaron más de dos décadas de aquel infausto hecho suscitado en el gobierno del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, entre el 19 y 21 de diciembre del año 1996, en las localidades mineras de Amayapampa, Capasirca y Llallagua de Potosí en la que fallecieron 11 personas y hubo una decena de heridos. Existía más de 3.000 efectivos policiales y militares en este sector para desalojar a los mineros y campesinos que habían tomado los yacimientos de oro (en Amayapampa y Capasirca), en demanda de mejores condiciones laborales de parte de la empresa canadiense Da Capo Resources Ltd., como el rechazo del ingreso de la empresa privada "Vista Gold" a Capasirca.

Fuente: LA PATRIA