Hasta pronto, buen amigo

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Poco más de medio siglo cultivando amistad con Marcelo Miralles Bová, sea en la rutina de la vida, en las inquietudes militares y/o en la faena laboral en el casi centenario diario LA PATRIA; amistad expresada en un buen apretón de manos, comentando algunas "nuevas" y, desde luego, en el recíproco respeto.

Al hacer recuento de tantos años como amigos, consterna aún más su partida al más allá junto a su esposa, doña Miriam Iporre de Miralles. En la reflexión, no alcanzamos a comprender los insondables caminos del destino, a veces fatales como en este caso, quedando el consuelo de saber que ambos ya están en la presencia de Dios.

Conocimos a Marcelo Miralles Bová, en la década de los años 60 del pasado siglo cuando ambos vivíamos la incomparable etapa juvenil. �l, alumno del Colegio Anglo Americano como doña Miriam, compañera de toda su vida. Nosotros, en otro establecimiento, moldeando como ellos, el bachillerato. Nuestra amistad creció al encontrarnos, junto a otros buenos amigos, en los patios del regimiento Camacho integrando la Batería Comando del Batallón "Edmundo Andrade", aprendiendo el manejo de las armas con los entonces teniente Pastor Antezana Reich, el subteniente Fernando Egüez y el sargento Edgar Méndez como instructores.

Quien escribe esta remembranza de una gran amistad con Marcelo y su esposa Miriam, ya estaba inmerso, de manera empírica, en el periodismo. Al comenzar los años 80 nos acercamos al diario LA PATRIA. El desempeño del cargo de redactor en el antiguo diario orureño hizo posible la cercanía, una vez más, de dos amigos. Marcelo ya estaba tomando las riendas del Editorial LA PATRIA avizorando tiempos de progreso y crecimiento. Era el Co-Director apoyando a su insigne padre, don Enrique Miralles Bonnecarrere. Transcurrieron seis años de labor cotidiana en el diario LA PATRIA honrados por la amistad y la calidad humana de los esposos Miralles-Iporre.

Dejamos la redacción del diario LA PATRIA apurados por la urgencia de seguir estudios universitarios. Marcelo ya patentizaba muestras de su sapiencia empresarial organizando Editora SIC para dar, junto a Editorial LA PATRIA, el salto tecnológico en materia de impresión de diarios. Logró su objetivo.

Al comenzar los años 90 del siglo XX, el amigo y compañero Marcelo Miralles Bová nos invitó a desempeñar el cargo de Jefe de Redacción porque el titular de esta instancia, don Edmundo Rocabado, habíase jubilado. Estamos ciertos que esta etapa fue la más significativa de tan entrañable amistad.

En el ámbito del mutuo respeto a la amistad y a la jerarquía empresarial compartimos inquietudes profesionales para que el contenido del diario LA PATRIA elaborado por una destacada planta de redactores e impreso aún en el sistema tipográfico, tenga siempre el sello de calidad.

Aquí un interesante apunte que, creo, valida con creces la buena actitud y obra de doña Miriam.

Allá por el año 91, el viejo sistema tipográfico de impresión del matutino LA PATRIA colapsó irremediablemente. Había que resolver el problema en cuestión de horas porque el diario no podía dejar a sus lectores sin el cotidiano alimento espiritual como sostenía don Enrique Miralles. Marcelo había viajado al exterior y, por lo mismo, doña Miriam tomó la trascendental decisión: poner en funcionamiento el sistema offset que ya estaba instalado en el diario, incluyendo una prensa rotativa y la red de computadores Macintosh para la composición.

Así, con esa decidida y valiente actitud de doña Miriam, el diario LA PATRIA dio el gran salto tecnológico, remozándose hasta llegar a imprimir, años después y como hasta ahora, en sistema offset full color, con nuevo estilo y renovado diseño morfológico. Entonces sentimos la confianza de Marcelo y su esposa hacia este su amigo y compañero de trabajo en el ámbito del periodismo.

Antes de dejar la redacción del diario LA PATRIA, el 2001, tras casi 20 años de servicio como periodista (seis como redactor y casi 12 como Jefe de Redacción), vimos a Marcelo Miralles, ya como Director y Gerente, y a su esposa Miriam, dando cauce a la permanente renovación de la propuesta periodística del matutino orureño, tarea que apoyamos con entusiasmo.

En esa línea, la información deportiva se convirtió en separata cotidiana dirigida por el colega Moisés Salazar. Fue diseñado como separata bisemanal el Suplemento Policial con iniciativa de Rómulo Bracamonte. Nació el Suplemento Ecológico Kiswara bajo nuestra responsabilidad y ahora es el único de su género en el periodismo impreso del país. No faltó el servicio al sector estudiantil con doña Miriam dirigiendo la columna Rasgos Estudiantiles. Claro que este lapso, otros eventos, anecdóticos algunos de ellos, pero todos inmersos en la voluntad de servicio de ambas personalidades, quizá sirvan para enriquecer la historia del Subdecano de la Prensa Nacional.

De esa manera, en lo que a este periodista corresponde, transcurrió la amistad con esas dos buenas personas y el trabajo cotidiano en el periodismo. Ante la súbita partida de ambos, aún meditamos sobre los ribetes del trágico suceso, recordando "como si fuese ayer" aquellos escenarios para concluir señalando: Paz en la tumba de Marcelo Miralles y de su esposa Miriam.

Hasta pronto, dilecto amigo. Paz en la tumba de doña Miriam.

(*) Periodista orureño