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Domingo 19 de marzo de 2017

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Revista Dominical

Preservar los or铆genes americanos es descolonizar

19 mar 2017

Por: Dr. Ra煤l Pino-Ichazo Terrazas

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Es cardinal desentra帽ar hacia d贸nde va dirigida la descolonizaci贸n que debe centrarse fundamentalmente en la recuperaci贸n de los propios conocimientos americanos, los cuales han sido sistem谩ticamente desprestigiados por el conocimiento de una l铆nea euroc茅ntrica, cuya consecuencia es tambi茅n la contaminaci贸n de esos conocimientos americanos por los prejuicios colonizados. M谩s motivante es, a煤n, comprobar que esos conocimientos no est谩n muertos como intentaron hacernos pensar; los conocimientos americanos siguen muy vivos y han sobrevivido estos 500 a帽os de exterminio cultural, resistiendo el embate.

La f贸rmula estriba en revivir la disposici贸n de querer encontrarlos y de no dar por sentado lo ofrecido por la influencia euroc茅ntrica y, por que hayan sido estos conocimientos denigrados y arrinconados por m谩s de 500 a帽os no significa de ninguna manera que no existan. Todo lo precitado significa b谩sicamente que cada uno de los americanos tenemos un reto frente a nosotros y es cuesti贸n de asumirlo o no. Es solo con este inicio de recuperaci贸n de conocimientos desvalorados, de la mano del proceso de descolonizaci贸n de los conocimientos euroc茅ntricos, que se podr谩 formular a nuestras propias visiones, concepciones y sobre todo formulaciones de lo que ser铆a aut茅nticamente un conocimiento descolonizado.

El reto de la descolonizaci贸n debe partir inexcusablemente de nuestras diferencias, que significa a partir de nuestras propias experiencias, sendas e historias; es decir, fundar una acci贸n colectiva frente a una individualista que sea m谩s eficaz que propiciar rupturas.

Es una realidad incontrovertible que la emergencia de los movimientos indigenistas pol铆ticamente organizados constituir谩 sino para la d茅cada 2020-2030, empero no es para desestabilizar la seguridad nacional sino la consolidaci贸n del leg铆timo derecho para asumir la direcci贸n de inclusi贸n en los gobiernos, como est谩 sucediendo actualmente en M茅xico, Ecuador y Bolivia, fundamentalmente. Ahora estos movimientos sociales no son inspirados por pensamientos marxistas como algunos escritores for谩neos quisieron atribuir la interpretaci贸n de los sucesos, intento que no aten煤a la magnitud del advenimiento de los movimientos indigenistas que ha sido un suceso pol铆tico de primera magnitud y uno de los acontecimientos trascendentales de la historia social contempor谩nea.

Se pueden identificar varios horizontes espaciales, empero, tres son determinantes: en primer lugar se debe considerar la visi贸n neoliberal de los conceptos de inclusi贸n y exclusi贸n de los valores de los ind铆genas. En segundo t茅rmino, la concepci贸n de los pro-indigenistas revolucionarios, neoindigenistas que enarbolan propuestas pluri y multiculturalistas, queriendo alterar o variar el neoliberalismo pero sin abandonar la matriz civilizatoria accidental. En tercer lugar, a partir de lo propio, de lo aut茅ntico y de sus autoridades originarias, estas debaten sobre el proceso de consolidaci贸n y reconstituci贸n de sus estructuras espacio territoriales y de organizaci贸n cosmog贸nica y pol铆tica con una proyecci贸n intercivilizatoria para cultivar e interaccionar con las dimensiones materiales y espirituales de lo real e imaginario, as铆 como de los usufructos privado-comunitarios que tendr谩n como objetivo primordial la determinaci贸n de la senda de los pueblos hacia el bienestar y la armon铆a integral.

Esta perspectiva, para la visi贸n de los occidentalistas, es lamentablemente considerada, no exenta de prejuicios, como un retroceso, cuando, con una profunda meditaci贸n se puede concluir que es lo m谩s razonable para generar un verdadero sincretismo entre culturas, con prevalencia de lo ind铆gena para una verdadera descolonizaci贸n, adem谩s de constituir el n煤cleo poblacional mayoritario.

Es incontestable que, por el desconocimiento cognitivo de los tecn贸cratas y pol铆ticos sin ra铆z fundamental de la honradez espiritual y apego a la verdad, se definen pol铆ticas estatales educativas, sin considerar las matrices civilizatorias culturales ancestrales y solo se gu铆an en sus formulaciones educativas por la matriz occidental, que sigue sobrepujando la colonialidad del saber en los sistemas educativos. De esta aclaraci贸n debe surgir el convencimiento que no se debe encubrir la interculturalidad para atenuar la energ铆a de las identidades de los pueblos y culturas; menos que ese intento de encubrimiento trate de anular o relativizar el proceso de interculturalidad que todos desean y reflexionar puntualmente sobre lo que se busca pues una cosa es que la antigua estructura ya no tenga vigencia junto con el Estado homog茅neo y otra es que el proceso de interculturalidad y sincretismo ser谩 perdurable; por el bien intr铆nseco e impl铆cito de una exhaustiva inclusi贸n que es la riqueza de los Estados.

Ayuda mucho a comprender la dimensi贸n de este giro epist茅mico en relaci贸n a la interculturalidad y la imparable incidencia en el movimiento ind铆gena, pues la interculturalidad representa con fuerza propia una l贸gica, no simplemente un discurso, construida desde la particularidad de la colonialidad y la diferencia que esta ha marcado; esta diferencia es colonial como consecuencia de la pasada y la aun presente subalternizaci贸n de pueblos, de importantes lenguajes y conocimientos. Para expresar de otro modo m谩s inteligible, la l贸gica de la interculturalidad compromete un conocimiento y pensamiento que no se encuentra aislado de los paradigmas o estructuras a煤n dominantes; esta l贸gica de la interculturalidad conoce esos paradigmas y estructuras y, es precisamente por este conocimiento, que se genera otro pensamiento que orienta la energ铆a del movimiento en las esferas pol铆tica, social y cultural, afectando y descolonizando tanto las estructuras y paradigmas dominantes y la estandarizaci贸n de la cultura occidental.

Es muy ilustrativo para la comprensi贸n de la descolonizaci贸n que es una forma de sacudirse de culturas impuestas, confrontar el neocolonialismo intelectual, revalorar los conocimientos que durante milenios han mantenido la coherencia y la idiosincrasia de los pueblos andinos y consolidar un espacio universitario que ayude a atenuar la supuesta universalidad del conocimiento occidental; tambi茅n es confrontar esa producci贸n accidental con la de los pueblos ind铆genas y lo fundamental de ello es: responder desde la epistemolog铆a, la 茅tica y la pol铆tica a la descolonizaci贸n del conocimiento, potenciar los saberes locales y construir las ciencias del conocimiento, como requisito ineluctable para trabajar no desde las respuestas del orden colonial epistemol贸gico, filos贸fico, 茅tico, pol铆tico y econ贸mico, sino desde la propuesta estructurada sobre la base de los principios filos贸ficos andinos.

De todo esto se extracta que la distinci贸n con el multiculturalismo es cardinal despu茅s de haber hecho inteligibles las construcciones de la interculturalidad. Asimismo, la interculturalidad es parte constituyente de ese otro pensamiento, que es construido desde la particularidad de lugares pol铆ticos, por ejemplo los movimientos ind铆genas y afrodescendientes; que es un pensamiento que es diametralmente contrario con aquel que conceptualiza la multiculturalidad, la l贸gica y la significaci贸n de aquello que por haber sido pensado desde un plano presuntamente superior, tiende a sostener y hacer prevalecer los intereses hegem贸nicos y los centros de poder. Precisamente es esta dominancia de este pensamiento la que conduce a que la interculturalidad y la multiculturalidad sean empleadas regularmente por el Estado y por los sectores poblacionales de origen europeo y mestizo como t茅rminos sin贸nimos, que se generan m谩s por las concepciones globales occidentales que de las luchas sociales e hist贸ricas y de las demandas y propuestas subalternas. Esto es lo que hace visualizar una geopol铆tica del conocimiento que tiende a despreciar y a depauperar las historias locales de los pueblos a la vez que asigna autoridad y un sentido universal a las sociedades y mundo multiculturales. La significaci贸n pr谩ctica de este problema, principalmente en la educaci贸n, puede observarse n铆tidamente en la producci贸n de textos escolares, la formaci贸n de profesores y maestros y sobre todo en las curr铆culas utilizadas en las escuelas. Con el pretexto de la interculturalidad, las editoriales de libros escolares se introducen en una pol铆tica de representaci贸n que incorpora m谩s im谩genes de ind铆genas y de los pueblos afroamericanos, incorporaci贸n que refuerza los estereotipos y los procesos raciales de colonizaci贸n. En la formaci贸n docente, la discusi贸n sobre la interculturalidad es limitada; aunque existe el tratamiento antropol贸gico.

(*) Abogado corporativo, posgrado en Educaci贸n Superior e Interculturalidad, doctor honoris causa, docente, escritor.

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