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Domingo 19 de marzo de 2017

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Revista Dominical

El mar es nuestro por la razón de fuerza histórica

19 mar 2017

Aníbal Abel Alarcón Caparroz

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ANTECEDENTES

Independientemente del Tratado de 1904, según especialistas jurídicos y al haber suscrito el Pacto de Bogotá en 1948, que en su artículo 31 otorga pleno derecho a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, que es el máximo tribunal universal creado precisamente para dilucidar aspectos como la delimitación de territorios en conflicto, entre dos países o líneas demarcadoras.

Al respecto, debemos señalar que con relación a aspectos de profunda investigación por estos historiadores, se deduce que el Tratado de Paz y Amistad, de fecha 20 de octubre de 1904, por el que al mismo tiempo, se hubiera efectuado el canje de territorio y la delimitación de 96 hitos fronterizos porque en la actualidad muchos ya fueron removidos; acuerdos establecidos en doce artículos del referido tratado, el mismo tendría vicios de nulidad porque la redacción en sí, de su contenido solo beneficiaba de lleno a los intereses del usurpador, es decir, de Chile.

GEOPOLÍTICA CHILENA

Chile, según datos bibliográficos, ya había invadido parte de nuestro territorio del Litoral Boliviano mucho más antes, firmando posteriormente alrededor de 1837, el tratado de Paucarpata; esto, en noviembre de ese año, cuando se había perdonado de manera inexcusable a los invasores chilenos, estos teniendo vía libre de anexar a su geografía, territorios ajenos; es decir, bolivianos y peruanos.

Muchos de estos aspectos referidos a una pormenorizada investigación, guardan para sí, en los anales históricos de Bolivia con muchísima tristeza: el porqué de la pasividad y no me importismo, como el accionar en especial de los gobernantes de aquella época y las decisiones que a la larga afectarían los intereses económicos, políticos y sociales de Bolivia..., ahora en la actualidad en pleno siglo XXI, lo estamos sintiendo por el continuo abuso de la oligarquía chilena afectando quiérase o no el desarrollo económico y social de nuestro país.

Todo ello, ya había sido planificado por Chile, diagramanda perversa y meticulosamente su geopolítica de apropiación de lo ajeno, porque su territorio al contener riquezas de toda índole, pasaron a poder de elementos y consorcios foráneos, todos llegados del Viejo Mundo, apropiándose de las riquezas que tenía ese país.

Esto pone en evidencia que con anterioridad a la Fundación de nuestra soberana República de Bolivia el 6 de Agosto de 1825, los gobiernos chilenos ya ambicionaban las extensas playas bolivianas ricas en salitre y guano y las minas aledañas rastreadas por expertos asesores británicos ávidos con mentalidad expansionista.

CHILE Y SU MENTALIDAD EXPANSIONISTA

Al igual que en el mundo profano violando derechos, conquistas y territorios ajenos al margen de la ley universal que reza por sobre todo basándose en el respeto a la propiedad privada en todo su a contexto, para vivir con hermandad y fraternidad, alusión que de todas maneras se ignora de principio.

Chile mucho antes y después de su constitución y administración del año 1825, ya se había dado a la tarea de expandir allanando todo tipo de territorios y poblaciones, en atención a la arenga que resalta en la parte inferior de su escudo de armas que dice temerariamente: "Por la Razón o por la Fuerza", que se aplica a raja tabla a partir del año 1550, comandados por hordas extranjeras de piratas holandeses como británicos, imbuidos por las riquezas naturales que abundaban desde la "Tierra del Fuego", extremo Sur, descubiertas por Magallanes en 1520, hasta el extremo Norte con territorios bolivianos, como Tocopilla, Mejillones, Antofagasta.

La expansión en gran escala comenzó entre los años 1550 a 1553, donde fueron fundadas varias ciudades, despojando de tierras, ruinas arqueológicas y múltiples áreas de cultivo, desde el Norte, antiguos habitantes como los atacameños pueblo agricultor, los diaguistas, que sabían fundir el cobre y eran notables alfareros.

En la costa Norte los changos, que vivían de la pesca; en el centro y Sur continental los picunches, araucanos, y julliches, pueblos agricultores y ganaderos. En la cordillera central y Sur los chiquillanes, pehuenches, puelches poyas, tehuelches y onas, tribus nómadas que vivían de la caza y de la recolección de frutos.

En la zona de los canales habitaban los cuncos, chonos, alacalufes y yaganes, que conocían la navegación a vela. Hacia el año 1500, los incas dominaron el territorio de Chile hasta el río Maule y enriquecieron a sus habitantes con aportaciones de sus culturas. Así la historia de Chile fue azarosa repleta de guerras intestinas muertes y derrocamientos.

De estas culturas mencionadas solo quedan pocos araucanos, las demás fueron inmisericordemente eliminadas, apropiándose todo cuanto era riqueza en manos de extranjeros.

ALGO MÁS SOBRE EL PACTO DE BOGOTÁ

El equipo jurídico de Bolivia demostró contracciones de diplomáticos de parte de Chile en diferentes momentos, pues el pacto de Bogotá es un instrumento que fue redactado para solucionar una serie de controversias en nuestra América Latina.

El artículo sexto es el que define asuntos pendientes de orden jurídico, después de cierto lapso de tiempo desde la década de 1920, poseyendo plena autonomía jurídica para resolver. Mientras abogados chilenos con ideologías anglosajonas pretendían obviar el papel mediador del pacto de Bogotá como de la Haya.

Mientras que los juristas bolivianos demostraron que los argumentos del equipo jurídico se había trabajado con todos los antecedentes anteriores, sobre la base de certeza y argumentos valorados de competencia de la Haya. Nos hicieron creer que no teníamos capacidad ni argumento y que los legisladores chilenos eran mejor preparados, únicos en diplomacia extraterritorial.

ES UNA CONTROVERSIA A?N NO RESUELTA

Chile ha puesto la jurisdicción de esta Corte en tela de junio: "La competencia de dialogar el acceso al mar". Al respecto, todo miembro de la Corte Internacional de Justicia de la Haya, hace juramento reverente hipocrático para actuar en forma correcta y sobre argumentos fehacientes y verídicos, con absoluta imparcialidad, que reza en su reglamento, basándose primordialmente en hechos y sucesos que describe la historia en forma palpable y real de lo acontecido; por eso es poco menos que imposible tergiversar, suplantar, o modificar cualesquier hecho basado en acontecimientos reales que como efecto dejaron como impronta valioso como fehaciente legajo que narra lo acontecido.

Por ello, se manifiesta que para conocer la historia y no cometer más errores, hay que conocerla.

ESTAMOS ACOMPA?ADOS POR EL MUNDO

La expresión nítida de ex presidentes norteamericanos, sin ir lejos y aproximándose a la doctrina jurídica de la diplomacia, con magníficos contenidos apoyados en la razón de una salida soberana: "Mar para Bolivia", al unísono como de los gobernantes latinoamericanos de varios países con la consigna moral para resarcir ese daño histórico de 138 años sin el Litoral Boliviano y ni qué decir de gobiernos de Europa y Asia como de Rusia y sus vecinos, enmarcado en la magnífica estrategia comunicacional boliviana, sobre la reivindicación marítima, con argumentos sólidos y muy bien fundamentados porque la verdad no se la oculta, no se la puede obviar, ratificada por el Santo Padre, que con esa madurez e inteligencia y más que todo con la fluidez mental de comunicación abierta que debería penetrar y hacer razonar a todo católico y católica en Chile, pide "Diálogo", sobre este escabroso tema en común para Bolivia y la integración latinoamericana de países hermanos que aún está en deuda y que al mismo tiempo afecta e interesa a todo el mundo, porque el problema del mar es común.

De esa forma la estrategia aplicada para difundir se enlaza como medio efectivo de hacer conocer, transmitir y expandir el derecho inalienable de retornar a las costas del Pacífico con soberanía para Bolivia.

El mar omnipresente en el

corazón de los bolivianos

Al litoral el gemido

Es el canto melancólico de todo boliviano. El de retornar al océano Pacífico. "Si las vides lloran por la fresca primavera", los bolivianos sentimos el invierno enclaustrado. Frío adormecimiento, al añorar el mar cautivo echando un grito de llanto..., de desesperación y frustración, por retornar a las costas marítimas.

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