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Domingo 19 de marzo de 2017

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Revista Dominical

No se debe subestimar el poder de los padres

19 mar 2017

Fuente: LA PATRIA

Por: Ximena Miralles Iporre - Directora de LA PATRIA

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La afirmación que aparece en el epígrafe la escuché en una película acerca de un padre soltero que vivió por muchos años como soltero libre y sin compromisos, pero de repente aparece una niña de unos 10 años para cambiar totalmente su vida, pues la responsabilidad que tiene como padre, que sin el apoyo de una madre es grande y debe aprender a asumirla a cabalidad porque además es una figura pública que debe cuidar su imagen.

Existen muchos tipos de padres, como diferentes personas hay en el mundo, algunos asumen su responsabilidad con todas las de la ley, absolutamente dedicados, pero algunos ni siquiera quieren reconocer a sus hijos, otros más los abandonan y esperan que sean las madres las que se ocupen de su sustento y de otras necesidades.

Al acercarse el Día del Padre, se hicieron virales, en las redes sociales, los memes que mencionan el Día del Padre, festejo, según esos graciosos mensajes, reducido a una salteña y su refresco, y en comparación del presupuesto para el Día de la Madre que contempla regalo, refresco, torta, un plato más elaborado, y otros detalles. En algunos lugares ni siquiera se festeja ese día, al respecto también circulaban memes que mostraban a un padre solitario festejándose a sí mismo.

Es cierto que cuando una madre falta, una persona siente que le falta el mundo, siempre extraña su abrazo, su consejo, su mimo, su beso "curatodo", su cálida voz consolándonos, su mirada y hasta su "chancletazo" o su "reta" cuando no nos portamos bien; pero el poder de los padres también es fundamental en la vida y sólo puede saberlo quien tuvo la suerte de contar con la protección de su padre y luego le falta la misma.

Con las disculpas de los lectores, en esta ocasión tan especial como es el Día del Padre, que afortunadamente cayó en domingo, cuando se publica la presente revista, deseo evocar el recuerdo de mi padre, Marcelo Miralles Bová, quién hace poco perdió la vida de manera trágica en un accidente automovilístico en Perú.

Los más gratos recuerdos de mi papá se remontan a mi niñez.

Nunca voy a olvidar cuando se convertía en mago para entretenernos antes de la hora de dormir, claramente aparece en mi memoria la imagen de él cuando hacía desaparecer a mi mamá, quien era su cómplice en el truco de magia, pues cuando él tapaba la puerta del dormitorio con una manta, y luego la volvía a destapar tras haber pronunciado las palabras cabalísticas "abracadabra, patas de cabra, que desaparezca la Mirita", y efectivamente ya no estaba. También recuerdo cómo hacía llorar a las monedas y se sacaba su dedo pulgar y luego lo volvía a colar a su mano.

También nos leía Nicolasín y Nicolasón, una historia sobre dos hermanos, uno muy adinerado y el otro pobre pero astuto como ninguno, quién logra hacerse de la fortuna de su hermano millonario pero más ingenuo, cada noche nos dejaba en suspenso con su "chan cha chan, chan cha chan, episodio�", a lo que nosotros rezongábamos con un NOOOOO.

Cuando volvió de estudiar en Rochester, Estados Unidos, trajo un interesante juego electrónico que se componía de dos controles que se conectaban a la televisión y eran dos palitos y un cuadrado que ambas rayas se lanzaban de un lado a otro en una "cancha" que era una línea al centro dividiendo la pantalla en dos, los chicos del barrio llenaban nuestra casa esperando su turno para jugar.

Los días de campo y los viajes eran inolvidables, manejaba por más de cuatro horas sin mostrar signos de cansancio, y siempre estaba para protegernos, no quería que nos pase nada malo, especialmente a sus hijas mujeres y a sus nietas.

Tampoco puedo olvidar que fue él quien me enseñó el Común Denominador, pues como no se me quedaba en la memoria él me hizo un cartelote con papel sábana y marcador para que nunca vuelva a olvidarlo.

Era él quien me llevaba cada cierto tiempo a La Paz a visitar a un ortopedista alemán, quien me hacía unas plantillas de acrílico para corregir mi pie plano, en los viajes me consentía y me llevaba a comer rico, con él conocí a muchos de sus amigos y sus hijos que vivían en la sede de gobierno, me llevaba a sus citas de negocios, donde me aburría una barbaridad pero siempre me compensaba comprándome algo lindo o llevándome a comer lo que yo quisiera.

Fue él quien me enseñó a conducir la bicicleta, el carro, me tenía una paciencia única y éramos compinches.

Inclusive cuando nació mi primogénita, a los días de nacida la atacó una infección que amenazaba su corta vida, mi papá como nunca se despertó antes que nadie para llevarla al hospital, la cuidaba como si fuera un tesoro muy valioso, no tuvo reparos en donarle sangre, e hizo un hueco en la pintura de la ventana que daba a la incubadora donde yacía mi pequeña, sólo para poder mirarla y ver que esté bien atendida, y nunca hizo diferencia con mis otras niñas, él las adoraba, como amaba al resto de sus nietos.

Cuando tomó las riendas de este matutino comenzó a viajar mucho, pero nunca nos dejó. Era optimista, jovial, atento y amable, pero sobre todo, cuando lo necesitábamos siempre estaba para apoyarnos, siempre se daba tiempo, y sin importar cuán cansado se sentía siempre estaba para nosotros, sus frases eran, "si tienes un problema acude a mí pues, yo soy solucionólogo", a mi mamá le decía "si te falta algo, pídele a tu marido pues", y cuando algo no tenía mayor explicación su respuesta era "porque así dice el texto".

Otra de sus frases clásicas era "soy un tipo fenomenal" y yo creo que es cierto, era una persona excepcional, por eso a través de estas páginas va para él mi homenaje, siempre vivirá en nuestros corazones.

A todos los papás extraordinarios como él muchas felicidades y que Dios los llene de bendiciones.

Fuente: LA PATRIA
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