Sostenibilidad de los empleos

Uno de los aspectos que debe tomarse en cuenta en el tema salarial y que generalmente no se lo considera en su justa dimensión, está relacionado con la sostenibilidad de las fuentes laborales, ya que al disponerse los aumentos se fijan porcentajes que van más allá de las posibilidades del sector empresarial y ponen en riesgo la seguridad de los empleos, hecho que afecta directamente la seguridad de los núcleos familiares.

Indudablemente, cada año se pone en juego el sistema financiero, debido al inevitable desequilibrio entre lo que se gana y lo que se gasta que tiene profunda diferenciación en los segmentos sociales de nuestra comunidad, tomando por ejemplo el caso de fabriles y empleados públicos, los primeros dependen de las condiciones de producción de sus industrias y los otros tienen asegurado el empleo y el aumento porque tal gasto se carga a la cuenta del Estado.

Según los empresarios el incremento salarial debe ajustarse a la tasa de inflación del 4% registrada en la gestión 2016 y no superar los índices en esa materia hecho que configura un enorme riesgo en el aparato productivo, si se admitiera el planteamiento del organismo laboral que en cifras de equilibrio con los gastos de la canasta familiar plantea un salario mínimo superior a los 8 mil bolivianos que significaría un desmesurado aumento en la masa salarial.

Pese a que se mantiene latente el buen estado de la salud financiera nacional, todavía con un interesante monto de reserva estratégica, no se puede desconocer que la misma ha disminuido debido a la urgencia de apoyar sectores en crisis y paralelamente sostener el nivel de solvencia financiera que aún nos coloca sobre las economías vecinas que han sufrido serias contracciones.

Este elemento debe tomarse en cuenta para que el alza en salarios esté acorde a los factores de la desaceleración de la economía en general y también en relación a una condición de racionalidad que garantice a las empresas productivas sostener sus operaciones, sin presiones que obliguen a disminuir personal o al extremo de cerrar más fuentes de empleo, como sucedió en la pasada gestión.

Hay un detalle que si bien tiene connotación socio-política al considerarse como parte del programa de Gobierno para redistribuir los ingresos nacionales, no se reconoce la inequidad vigente, cuando el sector más beneficiado es el que depende de la enorme maquinaría estatal y un porcentaje menor debe conformarse con menos ingresos que los generados por su propio esfuerzo y dentro de las limitaciones de las empresas privadas, por lo mismo el tema salarial debe ser objeto de un tratamiento tripartito para encontrar un equilibrio real que satisfaga las expectativas de los más necesitados.

Fuente: LA PATRIA