El crecimiento de la población y sus derivaciones catastróficas
16 mar 2017
Adhemar Ávalos Ortiz
La población humana mundial, en términos estadísticos, es el número total de personas que viven en todo el mundo en un momento en específico. Está determinada por los nacimientos y los fallecimientos de los individuos, así como por su esperanza de vida. La población mundial ha pasado de los casi 1.000 millones de habitantes que había en 1800 a los más de 6.000 millones en el año 2000. El 30 de octubre de 2011 se alcanzaron los 7.000 millones. En diciembre de 2016 se superaron los 7.400 millones de habitantes. Algunas proyecciones estiman que la población mundial podría llegar a 9.500 millones en el año 2050 y a 10.900 millones en 2100. La población mundial ha crecido lentamente a lo largo de la historia, pero este crecimiento se ha acelerado en los últimos 200 años. Cifras apabullantes que nos llaman a asumir seriamente el tema. Y de un tratamiento adecuado del asunto depende el futuro ya no de nosotros, sino de nuestros descendientes.
La evolución de la población y el crecimiento poblacional son consecuencia de varios factores interrelacionados: la alimentación, la generalización de la higiene, la sanidad, la difusión de medicamentos y en general el desarrollo de la tecnología, los que han sido decisivos para el fuerte crecimiento de la población mundial. Entre otros factores las migraciones humanas son determinantes en el ciclo de crecimiento de la población, sin ser las únicas, cuando determinados seres humanos abandonan su lugar de origen o residencia e inmigración cuando llega al nuevo territorio o localidad, con consecuencias muy determinantes. Son fenómenos muy calientes hoy desde la perspectiva de los "muros", creando conflictos sociales y fundamentalmente políticos.
Pero hay un hecho más determinante: las actitudes culturales. Los seres humanos han ejercido control sobre otras poblaciones humanas o autocontrol sobre sus propias poblaciones. Se ejerce el control poblacional hacia otros grupos o tribus competidoras mediante tres tipos de estrategias: el control poblacional consiste en la práctica de reducir, mantener o incrementar el número de individuos de determinada población (ya sea una especie animal o vegetal) en un territorio. El control poblacional se lleva a cabo actuando básicamente sobre dos variables: la reproducción o procreación y la mortalidad, fenómenos tan aleatorios que controlarlos es muy difícil. Solamente políticas adoptadas a nivel mundial podrían incidir seriamente en el asunto, las que podrían llevar a medidas coercitivas muy necesarias. Es un proceso generalmente violento, no necesariamente físico, sino más bien cultural.
A lo largo de la historia y hasta la actualidad algunos Estados y Gobiernos han establecido políticas demográficas ya sea para promover el aumento de la población -natalismo- o su disminución -antinatalismo-. Se habla de catástrofe malthusiana cuando una población crece demasiado y tal crecimiento sobrepasará la capacidad productiva o de soporte y no se aplica ningún tipo de control de población, necesariamente eso conducirá a alguna catástrofe o crisis, que se podría denominar de "control por la misma naturaleza", que neutraliza el conflicto, pero desde luego a un alto costo de sufrimiento para quienes quedan en la etapa de transición. La práctica del control de la población ha sido a veces voluntaria, como respuesta a la pobreza, o derivada de una ideología religiosa, pero en ciertos lugares y fechas ha sido impuesta por decisión de su propio gobierno. Pero sus consecuencias pueden ser graves. Tiene que haber una transición razonable.
Pero, lo peor está por venir en el sentido de que el crecimiento de la población no necesariamente es definido por instituciones racionales u organizaciones serias. Se basa en prácticas atávicas que deben ser erradicadas de manera radical. Tribus africanas, mal alimentadas, y peor educadas, no debe definir cuántos seres humanos tienen que llegar al mundo, y ya que éstas se niegan sistemáticamente a controles planificados, entonces conducen a situaciones de hambre y lo que se llama "catástrofe humanitaria". La solución no es muy difícil médicamente, tiene que ver con una esterilización planificada, no negar el derecho natural a tener prole de acuerdo a criterios sostenibles, sino controlarlo. O sea que, en general si mueren dos deben nacer dos. Es criminal permitir, a título de Humanidad, que la población siga creciendo desaforadamente. Lo contrario sería condenar a la especie humana al Holocausto permitido, o sea al suicidio.
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