Importancia social de la educación vial en Bolivia

El objetivo primordial de la Educación Vial, es promover conciencialmente el aprendizaje y cumplimiento de normas y reglamentos en materia vial, la cual esta relacionada con la autoestima, el respeto a los valores humanos que promueven los principios de convivencia social, así como la consolidación de una cultura ciudadana, que implique el reconocimiento de derechos, deberes y obligaciones, como base de respeto al estado de derecho, las instituciones y sus autoridades.

No observar las reglas y normas de tránsito es causa de luto y dolor en las familias registrando decenas de fallecidos y muchos heridos, generando secuelas y traumas al haber participado o protagonizado estos hechos, por ellos es imprescindible efectuar un autoanálisis exhaustivo sobre esta temática.

Por ello: las personas influyen y se hacen influir por los demás, asumiendo moldes y comportamientos de desplazamiento, tratando de construir una conciencia de actitudes seguras de responsabilidad, como consecuencia de nuestras propias acciones de contenido ético vial que todos deberíamos exponer como parte de hábitos de conducta.

El espacio público y el de tránsito, sitúa a la ciudadanía de manera simultánea en sectores y situaciones de interdependencia, en el que los derechos y deberes de cada persona se afrontan con derechos y deberes de los demás, generando conflictos de complicada resolución.

Por lo tanto la Educación Vial, se concibe como parte fundamental de la formación y educación ciudadana, para la promoción de una cultura de valoración y respeto por la propia vida y la de los demás, colectando relevancia cuando se observa el elevado registro de hechos de tránsito que se producen a diario, tomando en cuenta las lesiones ocasionadas por un hecho de tránsito son principal causa de muertes y discapacidades en Bolivia, así como en el resto del mundo.

Por tanto la ética y su deontología es esencial en Educación Vial a la hora de estar al mando de un vehículo y circular por espacios públicos, para ello es fundamental estar preparados y conocer derechos y obligaciones que corresponden a los diferentes roles que se asume al transitar las calles.

No es suficiente conocer las normas que regulan el tránsito para obtener la licencia de conducir, ni respetar las normas por respetar el estado de derecho o temor a la sanción, las normas se deben asumir como hábito de conducta y comportamiento, sumidos en el sistema vial, porque todos somos responsables de NO dar la espalda a la construcción de un modo ético de transitar y circular por espacios públicos de forma responsable, evitando el caos que atenta y altera la solidaridad entre nosotros.

Por tanto debemos fortalecer la aplicación de conocimientos y ámbitos de estudio en referencia a la Educación Vial, para transformar y soslayar riesgosos innecesarios mediante hábitos de comportamiento seguro, para que nos absorba una Cultura de Prevención.

(*) Docente Unipol