Europa está convulsionada sin estridencias pero actúa con firmeza en su visión sobre la inesperada posición de Norteamérica y la de Rusia, no disimulando su retro sabor a aprensión. En un momento de vicisitudes por la polÃtica errática de la principal potencia del mundo y su inexperto presidente, el proyecto de Europa aparentemente se fragiliza pero sin atisbos de ruptura y, ante una situación donde escasean las visiones claras y de metamorfosis inmediata y de cambio, se percibe indubitablemente el agotamiento del manido discurso colectivo que caracterizó a la polÃtica europea por más de medio siglo y se respira una ansiedad por aferrarse a una solidez que conduce inexorablemente a la estabilidad que es la quididad de la Unión Europea.
Este remezón es saludable para Europa, principalmente para Alemania; el paÃs más desarrollado humanamente y con una bonanza económica labrada a través de polÃticas claras, concisas y de férrea disciplina económica y laboral, entonces, todas las sensaciones de obtención de un faro de dirección cierta en tiempos de turbulencia polÃtica recaen en una mujer y polÃtica excepcional: la señora Angela Merkel, cuyo apellido paterno es Kasner.
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Aquà me permito realizar una matización importante: cuando los ciudadanos y principalmente la juventud extraen conclusiones y enseñanzas de la historia y retrotraen su historicidad para elevarlo a historia; Alemania fue la potencia conquistadora y desestabilizadora del siglo pasado, hoy erigida con mérito propio e irrefutable como el motor y guÃa cierta, además de confiable, del destino de Europa, y se acabó el cartel peyorativo que se colgaba a Alemania como un gigante económico pero de incipiente conocimiento en el quehacer polÃtico, como inevitable consecuencia de la postguerra.
Es insufriblemente difÃcil para un paÃs que arropó entre sus hombros la barbarie del nazismo, obligándolo a ejercer la modestia polÃtica, empero, su influencia, peso especÃfico en Europa y su ilimitada capacidad para imponer un modelo económico liberal y democrático, logró imponerse. Ahora, todo ese aparato consistentemente estructurado recibe un remezón del exterior; de Norteamérica y Rusia, además de los partidos ultranacionalistas y populistas de derecha; entonces, Europa se siente más insegura que nunca con el reverdecimiento de eclosiones que se suponÃan superadas como el expansionismo ruso y el presunto desistimiento de un tradicional, poderoso y gran aliado como EE.UU., imperturbable hasta la aparición de Donald Trump.
Paréceles a los propios europeos que el proyecto de la Unión Europea se desestructura, lo cual, afortunadamente no tiene correspondencia con la verdad y lo logrado hasta el momento pues este remezón fortalecerá aún más a Europa debido a que en corto tiempo se ha comprendido que el nivel obtenido en todos los ámbitos humano y económico es envidiable por su tangibilidad y sobre todo por la toma de conciencia de una Europa fuerte y solidaria, consecuentemente, para llevar adelante esta concepción protectora de Europa se reinventa a la señora Angela Merkel, a la cual el ciudadano consciente y la prensa la asimila con positivismo como la mujer polÃtica severa pero justa.
(*) Abogado, posgrado en Educación Superior e Interculturalidad, doctor honoris causa, docente universitario, escritor.