Perspectiva de las autonomías

Como van las cosas, tal parece que demorará otro buen tiempo el proceso de establecer los programas "autónomos" en los departamentos del país, debido a que tal proceso depende de manera vital de los presupuestos que sean aprobados para el desempeño administrativo de cada región.

En el momento actual, las opciones disminuyen mensualmente debido a que se reduce el porcentaje redistributivo del IDH, que permitía un reparto interesante de fondos para gobernaciones y municipios, aunque es bueno remarcar que estas organizaciones departamentales no lograron ejecutar sus presupuestos al cien por ciento, de ahí que muchos fondos quedaron sin uso práctico para encarar proyectos de desarrollo en los distritos y ciudades.

No se puede negar que la situación económica ha sufrido recortes sustanciales que han afectado los niveles de nuestras reservas estratégicas que aún siguen siendo parte de la macroeconomía reconocida incluso por organismos externos y que nos colocan sobre los índices de crecimiento de los vecinos, pero ojo, están disminuyendo (las reservas), aunque el límite de franja roja todavía está lejos.

Hay algunos hechos preocupantes que con seguridad no escapan a la observación de los encargados de controlar los límites del movimiento financiero nacional y se relacionan con las cifras que hasta meses atrás constituían la parte sólida de un privilegiado rubro de reservas internacionales, que por fuerza tienen que utilizarse en las instancias de mayor necesidad, a fin de evitar la paralización de proyectos dirigidos a mejorar las condiciones de vida en la población, el caso de salud y saneamiento básico, agua, luz y alcantarillado, mejoras urbanísticas en los barrios, condiciones de ordenamiento en las ciudades, y soporte para concretar proyectos de verdadera utilidad social.

Otro caso importante es el que tiene que ver con factores adversos como los derivados de una economía diferenciada en el manejo de la divisa norteamericana que ha sido regulada en países vecinos, creando una distorsión en los rubros de comercio, importaciones que han subido y exportaciones que han disminuido en la cuenta de nuestros registros internos, situación que debe regularse con medidas drásticas, por ejemplo en el freno al contrabando y la competencia de importación de ropa china y el comercio subterráneo de prendería usada, situaciones que afectan a nuestra industria de textiles, cuero y confecciones.

Con esas condiciones en el tapete, por supuesto que es difícil pretender apurar la instalación, por así decirlo, de un sistema autonómico, sabiendo que no hay condiciones favorables, sin embargo este hecho no debe ser pretexto para insistir en un periodo más de socialización al más amplio nivel del documento autonómico y su reglamento, como en la otra instancia de la carta de gobernabilidad municipal.

El ideal es cambiar nuestra actual dependencia del centralismo operativo gubernamental, para poder encarar la solución directa de nuestros problemas en función a nuestras necesidades y posibilidades. Se trata de enfrentar un reto con capacidad, inteligencia, voluntad y decisión para vivir mejor.

Fuente: LA PATRIA