Aniversario de El Alto, importancia de un nuevo aeropuerto

El medio natural del desenvolvimiento del transporte aéreo es el espacio aéreo y para operar en el las aeronaves no pueden prescindir de las instalaciones de superficie. A estas instalaciones se las denomina infraestructura, definida como el conjunto de instalaciones y servicios a disposición de la actividad aeronáutica.

En el concepto convencional asumido como sistema del transporte aéreo, tanto aviones como aeropuertos están subordinados al servicio del pasajero que es la causa del efecto producido en los responsables de construir aeropuertos, de acometer la implementación de instalaciones necesarias para no quedar rezagados y para asegurar su total participación en este gran acontecimiento de la industria del transporte aéreo.

Hoy, es un excusa insulsa y de desconocimiento técnico alegar que la altura define la ocupación de un aeropuerto, los aviones modernos con motores de gran empuje no ostentan ninguna dificultad; lo que define la ocupación constante de un aeropuerto es la población de las ciudades, su modernidad, atención las 24 horas, pistas disponibles y alternativas, equipos de navegación inercial, para acercamiento de los aviones en cualquier situación del tiempo, radares, personal calificado, terminales de carga y varias tiendas libres de impuestos, que hace atractivo al pasajero común.

El terminal de los pasajeros constituye uno de los elementos principales del costo de la infraestructura de un aeropuerto. Muchos aeropuertos en el mundo se han construido como genuinos monumentos arquitectónicos al progreso de la aviación nacional e internacional, y los pasajeros se han acostumbrado a una ostentación suntuaria del diseño que escasamente tiene que ver con las funciones que se pretende desempeñe el terminal. Existen consorcios aeronáuticos europeos y japoneses de gran envergadura que estarían dispuestos a invertir en un nuevo y modernísimo aeropuerto de El Alto, a cambio de administrarlo por un tiempo a convenir, para resarcir su inversión.

Debe observarse que, según el apartado 37 de Convenio de Aviación Civil Internacional firmado en Chicago en diciembre de 1944, cada Estado contratante se compromete a dotar de aeropuertos a fin de lograr el más alto grado de uniformidad posible en las reglamentaciones relativas a las características modernas de los aeropuertos y áreas de aterrizaje.

Nuestros principales aeropuertos no están arrojando ingresos considerables por concepto de explotación de tráficos del cabotaje e internacional debido a esta deplorable en concesión por 25 años, es innegable por simple comprobación visual que no se evidenció un progreso fehaciente en la infraestructura pues maquillajes no cuentan, sobre todo en el aeropuerto de La Paz, que debería asignársele preferencia pues ha servido de punta de lanza y generador de recursos para el progreso y establecimiento de otros aeropuertos en el país y, como conclusión la Gobernación y las Alcaldías de ambas ciudades la construcción de un nuevo y modernísimo aeropuerto.

La institución más preparada y solvente en la administración de aeropuertos modernos es Aasana, que cuenta entre sus técnicos y niveles de mando medio y superior con material humano con probada experiencia de largos años de formación y de actuación idónea y responsable en el medio, empero, trabajan con material obsoleto, corrigiendo lo afirmado se correspondería a la característica inequívoca de Bolivia en su naturaleza de país eminentemente aeronáutico.

(*) Abogado Corporativo, Postgrado en Derecho Aeronáutico, doctor honoris causa, escritor.