Devoción o desenfreno

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El Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e intangible de la Humanidad declarado así por la UNESCO, siempre ha destacado por su tradición, su historia y sobre todo los fieles devotos que cada año llegan a los pies de la Virgen del Socavón.

Durante tantos años que se celebra esta entrada católica, siempre se ha impuesto el respeto hacia la llamada "Mamita Candelaria", donde los devotos entran de rodillas para agradecerle los favores otorgados o que se cumplan sus peticiones a cambio de bailar tres años consecutivos el Sábado de Peregrinación.

Sin embargo, en los recientes años, esto se ha ido perdiendo de a poco, pues hay muchos grupos que han olvidado el principal motivo de esta celebración. Claro, se debe respetar la forma de pensar y el que se quiera bailar en esta actividad, pero también sería bueno que las personas no devotas respeten los espacios, tradiciones y costumbres que se realizan ese día.

El pasado 2 de marzo el periódico LA PATRIA, publicó una noticia en la cual mencionaba estos aspectos deplorables dentro el templo religioso y mostraba fotografías que fueron primero publicadas en la página oficial del Santuario del Socavón y luego circuladas por las redes sociales, en ellas se observaba participantes tanto músicos y danzarines que daban por un lado lastima y por otro vergüenza hacia la imagen que mostraron a nuestros visitantes.

Pero lo más triste e imperdonable de esta situación fue la falta de respeto al Santuario del Socavón, a la Virgen por la que muchos bailan y sobre todo a los devotos que de verdad hacen esta peregrinación por amor y respeto a la creencia.

Hoy en día está claro que no existe control personal al momento de ingerir bebidas alcohólicas en estas fechas y Carnavales se ha convertido en sinónimo de borrachera, donde lo más importante es divertirse y el propósito principal de la entrada, el Sábado de Peregrinación está perdiendo su esencia hablando de los danzarines y músicos.

Pues con estas imágenes está claro que muchos bailan por diversión, lucirse y por último solo para beber y no por devoción a la Virgen del Socavón.

Es lamentable que hayan existido tantos danzarines y músicos en ese estado, y además da vergüenza ajena tener que ver esas imágenes que circulan en las redes sociales no solo de personas inconscientes en el templo, también de personas ensuciando de la peor manera y bebiendo alcohol en el interior del mismo.

Lo malo es que ahora nosotros vemos esas fotografías por las redes sociales, pero muchos visitantes del exterior e interior del país las vieron esos días de carnaval, llevándose la peor idea de lo que es esta fiesta devocional orureña.

Han sido muchos los aspectos malos en este Carnaval 2017, comenzando por la organización, el exceso de comerciantes ambulantes en el recorrido, la falta de control y prohibición de venta de bebidas alcohólicas en las calles, los enormes baches de conjunto a conjunto, poco control a los grupos participantes, las rejas que se pusieron en vano en las calles aledañas y muchos aspectos que serían interminables de mencionar.

Pero realmente el descontrol dentro del Santuario del Socavón, fue la gota que derramó el vaso para que nuestro Majestuoso Carnaval, haya retrocedido en vez de mejorar.

Y claramente, cualquier danzarín sobrio que ingresó al templo, se dio cuenta que los encargados de la iglesia pusieron todo el esfuerzo posible para controlar estos aspectos. Aun así no se pudo evitar el desenfreno.

Es necesario repetir que se respeta a las personas que bailan porque les gusta y no por devoción pero solo se pide que también respeten estos lugares y estas tradiciones que nacieron siendo devotas y católicas y que siguen siendo así, evitando este tipo de escenarios tan grotescos y lamentables.