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Domingo 26 de febrero de 2017

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Cultural El Duende

Oración a quemarropa

Poética mensajera de humanismo: Luis Espinal Camps

26 feb 2017

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COMENTARIO DE

GAST?N CORNEJO Como pidió el santo al concluir su obra poética, yo continúo su oración imaginando ciertamente todos los eventos fatales de su martirio luego de conocer el resultado de la necropsia forense. ?l nació en España y vino a morir por la humanidad boliviana ajena a su cultura.

La Paz, capital ejecutiva de Bolivia, últimos días del mes de marzo de 1980.

La orden de apresamiento salió de Palacio y los esbirros lo alcanzaron. Conducido a una celda sin explicación alguna y a gritos de cuartel le sujetaron ambas muñecas con duros cables, lo suspendieron al cénit y comenzaron a golpearlo. Sufrió la violencia física por tiempo prolongado, tortura con golpes atroces repetidos en la cara rompieron las cejas, la boca, fracturaron la nariz, conservando el conocimiento a pesar del dolor sufrido. Un feroz culatazo acompañado de insultos golpeó sobre su pecho rompiéndole el esternón y las costillas. Asfixia, bloqueo respiratorio insufrible. En la pierna algo crujió tremendamente. Era su tiempo de oscura tempestad y mientras el dolor terebrante crecía, se aproximaba el fin; la agonía cursaba por todos sus nervios hasta llegar abruptamente al cerebro, aún logró rezar a su Cristo profiriendo alaridos? ¡Por qué me has abandonado!

Cansados los verdugos observaron a la víctima, la cabeza gacha, los párpados hinchados, los ojos fuera de órbita sangrando, la piel marmórea, fue liberado de los cables suspensores, cayó abruptamente al suelo. Intentó aún levantarse con la mente turbada, debía rezar su oración a quemarropa, pero un tableteo de estruendos le nubló el alma y prontamente llegó el silencio.

Había recibido múltiples disparos de arma de fuego a manera de arpegio criminal por todo el cuerpo. No les bastó unos pocos, tenían que asegurarse de su muerte -la autopsia identificó más de 20 balazos mortales- así, crucificado y tendido en el suelo sobre alfombra de sangre, de costado y sacudiendo toda su humanidad en convulsiones repetidas por la fuerza de los balazos incrustados, una y otra vez. Las esquirlas óseas se multiplicaron en otros tantos proyectiles. Su cerebro, segundos antes de expirar, registró toda la historia de la maldad humana concentrada sobre él en instantes interminables de martirio. Su crucifixión se había consumado. Entonces, las mil gargantas de las heridas se sumaron a su salmodia mortal.

Los asesinos de uniforme, fatigados de tanto esfuerzo, salpicados y cubiertos por la sangre derramada, sucios los zapatos y la ropa pegajosa de coágulos repartidos, las manos temblando, los ojos aterrados, jadeantes cual perros de presa, partieron en fuga intempestiva ordenando se traslade al destrozado occiso a la Morgue. Aún estaban sometidos al efecto de la cocaína y el alcohol ingeridos previamente; iban tomando consciencia de lo actuado, hubieran querido besar el cadáver y pedirle perdón? más les valía ahorcarse como lo hizo Judas, el traidor de todos los Cristos de la humanidad.

He aquí lo que encontraron en la necropsia, seguramente efectuada a hurtadillas y en un ambiente ajeno al Gólgota donde masacraron al santo.

PROTOCOLO DE AUTOPSIA

Autopsia efectuada el día 22 de marzo 1980 realizada en la Morgue Judicial a partir de hrs. 19 hasta hrs. 21.

Cadáver de sexo masculino, de aproximadamente 48 años de edad, identificado como Luis Espinal Camps. No se toman medidas antropométricas. El cadáver se expone desnudo en la mesa de autopsia, cubierto parcialmente por una sábana blanca que tiene muchas manchas de sangre. Aspecto exterior: constitución longilínea. No se aprecian cicatrices ni manifestaciones de carácter patológico. Livideces a nivel de la región dorsal media. Rigidez cadavérica completa.

Rostro. Herida de aproximadamente 1 cm de disposición vertical que se localiza en la región superciliar derecha a nivel del tercio externo, compromete hasta el periostio. Equimosis (hematoma) del borde libre de los labios con infiltración equimótica de la mucosa vestibular de ambos labios. Equimosis amplia que toma la región esternal totalmente hasta el apéndice xifoides y se extiende lateralmente hasta la región costal izquierda. Se realiza un corte a bisturí evidenciándose una infiltración subcutánea. Infiltración equimótica de la región inguinal izquierda. Equimosis en tercio medio y anterior de la pierna izquierda. Secuela de epistaxis reciente. Se observan numerosos orificios distribuidos ampliamente en región ventral y dorsal del cuerpo correspondiente indistintamente a orificios de entrada y salida de proyectil de acuerdo al siguiente detalle: Orificio en glúteo derecho a 86 cm del suelo. Orificio en trocánter derecha a 74 cm del suelo. Ambos tienen una dimensión de 9 a 11 milímetros. Orificio en reborde costal posterior derecho de 2 cm a 98 centímetros del suelo y 8 de la línea media. Orificio costo lateral derecho y posterior a 107 cm del suelo y 18 cm de la línea media. Orificio en región dorsal derecha a 116 cm del suelo y 8 cm de la línea media. Orificio en el borde interno de la escápula próximo a 120 cm del suelo y 2 de la línea media. Orificio en región dorsal a 127 cm del suelo y 3 de la línea media. Orificio en región braquial derecha. Otro orificio en la proximidad. Herida anfractuosa en región ante braquial derecha, tercio superior en trayecto de sedal. Orificio en región glútea izquierda a 84 cm y 13 de la línea media. Orificio en la cresta ilíaca a 97 cm del suelo y 10 cm de la línea media. En el abdomen se identifican: Orificio espina iliaca antero superior izquierda a 83 cm del suelo 13 de la línea media. Orificio a 89 cm del suelo y 17 de la línea media. Orificio en flanco derecho a 94 duro y 13 de la línea media. Orificio en reborde costal derecho a 101 y 12cm. Orificio femoral izquierda a 57 cm del suelo. Orificio a 52 cm del suelo derecho. En la región glútea izquierda, próxima al pliegue interglúteo equimosis con levantamiento y dureza de planos superficiales. En espina iliaca antero superior izquierda tiene una gran equimosis con dureza a la palpación, se realiza corte y extrae otro proyectil similar y de peso 8.37. Fractura conminuta del tercio superior del fémur derecho con vaina de proyectil deformada. Enfisema subcutáneo en región inguinal izquierdo.

Autopsia de cavidades. Tórax. Gran infiltración sanguínea subcutánea en región esternal y costal. Esternón. Fractura transversal de cuerpo esternal (golpe intenso posiblemente efectuado con masa enorme o culata de fusil) hematoma retro esternal y mediastino anterior. Hemotórax a izquierda es de medio litro de sangre. A derecha 150 cm. Pulmones palidez y colapso. En lóbulo inferior herida de 2:30 cm. En lóbulo inferior herida anfractuosa desflecada. Orificio a nivel de la V costilla a 2 cm de la articulación costo vertebral. Pulmón. En el pulmón izquierdo se observa herida anfractuosa apical inferior y herida para vertebral media de 3 cm. Herida a nivel de la V costilla izquierda a 4 cm de la articulación condro-costal. Columna. Compromiso de los cuerpos vertebrales VIII-IX-X en sedal. Diafragma. Tres orificios en el diafragma izquierdo y dos en derecho. Hígado. Estallido con destrucción de todo el lóbulo derecho. Intestino. A 390 del Treitz perforación de 3 cm. bordes desflecados. A 556 otra perforación intestinal de 2 cm. Estómago con contenido de cebolla y zanahoria. Con 3 perforaciones en el fondo gástrico de 1 a 2 cm eversión de mucosa gástrica. Riñón derecho estallido por proyectil. Vejiga perforación del fundus.

CONCLUSI?N: Causa de muerte: hemorragia aguda por múltiples lesiones esqueléticos y viscerales por paso de proyectiles de armas de fuego. Se identificaron signos de violencia traumática contusas de gran significación como la fractura del esternón, lesiones provocadas en vida.

Firman los siguientes profesionales: Félix Romano (FORENSE). Rolando Costa Arduz (M?DICO FORENSE), Jorge Dorado de la Parra y Fernando Paz Pacheco (COLEGIO M?DICO); Pastor Sangüeza Patólogo (PERITO DE PARTE) Luis Palacios Saravia (DELEGADO DE LA COMPA?ÍA DE JES?S). La Paz. Hrs 22:30 del día 22 de marzo de 1980.

COMENTARIO

Gracias al Dr. Rolando Costa Arduz, notable médico psiquiatra y forense, quien logró ante el Fiscal que no se efectúe la exhumación sacrílega extemporánea de los sagrados restos del mártir Luis Espinal Camps.

Resumiendo, si es que es posible resumir la enorme destrucción corporal, la de una víctima de la maldad política de todo tiempo. Sufrió golpes intensos con heridas en la ceja derecha - ojos - nariz - labios - boca - pecho, esternón, con profusa hemorragia del mediastino detrás del hueso fracturado y dividido, de todo el costado izquierdo del tórax, las costillas desarticuladas; la ingle izquierda y la pierna izquierda gravemente lesionadas. Fue torturado con las manos amarradas y suspendido con cables pues tenía heridas con hematomas a nivel de ambas muñecas, más a la derecha. Los golpes fueron propinados mediante puño cerrado, y se colige fue efectuado por muchos esbirros con arma o armas contundentes de masa, culata de fusil? y luego, caído en el suelo, fue asesinado por la espalda traidoramente, con proyectiles de fusil disparados por múltiples autores que apuntaron a todo el cuerpo, repetidas veces. Comparemos sus oraciones poéticas y profundas con la cruda descripción de su martirio profético. Los autores político militares y los ejecutores, aún escapan a la justicia humana pero Dios ya los ha identificado y por cierto sufrirán el martirio eterno.

2017. Para desviar acervas críticas a la política coyuntural, se pretendió utilizar al santo para aturdir a la opinión pública, se insinuó la exhumación. Después de 37 años sus restos quedaron transformados en tierra y polvo, sagrados.

El respetable médico Rolando Costa Arduz, psiquiatra y forense, quedó impregnado de grandeza con su delicada labor profesional. La historia le debe gratitud, especialmente a él y a los dignos componentes que testimoniaron el imperdonable hecho sangriento, con valentía y veracidad y a riesgo de sus propias existencias. Luis Espinal Camps, sacerdote católico jesuita, debe ser elevado a la santidad de la Iglesia; su mensaje y su martirio así lo califican.

Gastón Cornejo Bascopé.

Médico cirujano y escritor.

Past Presidente de UNPE Cochabamba.

"Hay cristianos que toman reacciones histéricas como si el mundo hubiese escapado de las manos de Dios; por esto actúan violentamente como si lo arriesgasen todo. Pero creemos en la historia. El mundo no es un azar que va hacia el caos. No tememos nada nuevo porque todo lo nuevo ha empezado ya a suceder cuando Cristo resucitó.

(?) Ya casi no somos jóvenes. La vida nos ha madurado y envejecido. El abanico de posibilidades se ha ido cerrando y ahora la vida es un camino prosaico entre dos cunetas. Jesucristo, quisiéramos ser como tú que no conociste esclerosis de la edad madura y fuiste joven hasta la muerte violenta. (?) Jesucristo, te damos la gracias porque Tú no fuiste prudente, ni diplomático; no callaste para escapar de la cruz, fustigaste a los poderosos sabiendo que te jugabas la vida. Y porque no poseemos ni siquiera nuestra vida a lo más un solo instante, mientras atravesamos la maroma del presente, tenemos que ser antorchas cuya vida tiene sentido cuando nos quemamos; solamente entonces, seremos luz.

(?) Señor, ahora ¿Tú dónde estás? ¿Por qué permaneces mudo? ¿Por qué te alejas Señor y nos abandonas en las horas de angustia? Jesucristo, no aceptamos esta muerte que nos roe la persona. Sabemos que son tus manos las que nos magullan amorosamente, las que nos desfloran el alma. Pero Señor, en cuanto a mí, antes de expirar proclamo tu triunfo. Más allá del trajín de mis huesos ya ha empezado el "Aleluya" eterno. Que las mil gargantas de las heridas se sumen ya a tu salmodia triunfal"

LUIS ESPINAL CAMPS

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