"Los del Buzo Rojo"

Del mito a la leyenda, de la leyenda a la realidad, todo fluye dentro ese amplio mundo donde las historias contadas se hacen repetibles por lapsos que perduran no solo en su tiempo histórico, estas van más allá de lo inimaginable, formando parte del acervo de otras vidas, por generaciones, constituyéndose en parte viva de la cultura de los pueblos como rasgos sedimentados del espíritu que pervive en nuestro tiempo.

Desde lo ancestral a lo actual, van desfilando personajes por nuestra mente en forma interminable, inventadas o no, se han adentrado en el imaginario de este pueblo como patrimonio local y se mantendrán por muchísimo tiempo, mientras esté latente su tradicionalidad, es difícil poder transvasar cualquiera de nuestras expresiones sin la llama del espíritu que le dio origen.

A fines del año 1970, se realizó un proyecto diferente para uno de los conjuntos más representativos del Carnaval de Oruro y sería la preparación del conjunto que representaría a la Capital del Folklore Boliviano, en el Festival Mundial de la Vendimia en Mendoza Argentina, para este acontecimiento y a invitación de la Dra. Julia Elena Fortún, directora nacional de Cultura del Ministerio de Educación, recibí la designación de Directora Artística y Coreógrafa, de la delegación de nuestro país.

En 1971, Bolivia recibió la visita de los comisionados de Vendimia, en la ciudad de La Paz para hacer entrega de los planos y pormenores del Festival de referencia, los que recibí del Arq. Marino, director general del equipo técnico, todo mostraba el trabajo profesional con el que se lleva a cabo este evento, tal vez el único en su magnitud; un teatro diseñado para más de 50.000 espectadores que contaba con 902 metros cuadrados de piso transparente, 60 metros de espejo de agua delante el escenario principal, más de 2.000 metros cuadrados de escenografía y utilería menor en estructuras para los escenarios adicionales, 8 canales de sonido, 5 centrales de energía para luminotécnica y otros aspectos técnicos; realmente se trataba de un evento de características descomunales y desconocido para muchos ya que en nuestro medio no contamos con un espacio teatral tan amplio.

El montaje de la obra nos permitió adentrarnos a lo simbólico y recreativo para acercarnos del modo más sutil a lo formal del mito y la leyenda, buscando en consecuencia una nueva forma expresiva que conciliara otros aspectos del arte y que no solo fuera la danza, de este modo resultó muy laborioso este proyecto, primero, poner en marcha el trabajo dramático para adaptar guiones a textos de la tradición, se realizó del mismo modo los diseños coreográficos escenográficos y técnicos.

Los protagonistas privilegiados fueron, "Los Muchachos del Buzo Rojo", la gran Diablada Ferroviaria mostraría su talento en aquel inmenso escenario del Teatro Frank Romero Day de la ciudad de Mendoza-Argentina, de este modo se apoderaron con aplomo de los escenarios para constituirse en estrellas de la puesta en escena de la única obra con diseño teatral referida a la "Danza de la Diablada", desde el mito a la leyenda, con respeto absoluto a los tiempos rituales y al trabajo etnográfico folklórico como parte del rescate conceptual. Figuraron más de 80 bailarines, conducidos por Dn. Enrique Pinto, la banda por Dn. Tiburcio Gutiérrez, junto a Rosendo Condori, personajes señeros de cultura tradicional del departamento y otros artistas entre cantantes solistas, músicos y conjuntos instrumentales, actores y otros, más de 100 artistas en escena.

El impacto de la obra fue elocuente, publico que se emocionaba hasta las lágrimas, gritos de admiración por el trabajo de los efectos especiales y las apariciones de los diablos en los diferentes escenarios, la actuación de los personajes, la vigorosa danza, la sonoridad de la hermosa banda, la vestimenta, el colorido de las figuras sobre el espejo de agua, junto a la utilización de los elementos simbólicos, dio el éxito sin precedentes a una obra que se adentraba al espíritu mismo del espectador y nacía de lo íntimo de cada uno de los integrantes de "La Ferroviaria" y los artistas que formaron parte de la delegación.

Un tiempo después, estuvimos nuevamente invitados por el Departamento de Antropología y Folklore del Ministerio de Educación para acompañar como delegada oficial a la "Diablada Ferroviaria" en una gira por el Norte Argentino; conocí sus éxitos, la emoción que provocaba su presencia donde actuaba, el apoyo y afecto de la comunidad boliviana por todo el territorio que transitamos, el aplauso que obtuvieron y obtendrán de millares de personas, no son en vano, se trata de un conjunto con estilo propio y alma de quirquincho.

Oruro, aún tiene el privilegio de mostrar al mundo sus valores ancestrales con la fortaleza de su cultura viva, sin recurrir a apropiación alguna, el mito, el rito que nace de sus sitios sagrados, las muestras de religiosidad que origina la peregrinación a la Virgen del Candelaria, todo va de la mano para conducir a danzantes y espectadores a un destino subjetivo donde aflora el duende del Carnaval.