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Jueves 23 de febrero de 2017

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Ecológico Kiswara

EDITORIAL

Carnavales y los animales sufrientes

23 feb 2017

Fuente: LA PATRIA

Desde que el actual gobierno está en el poder, en todos los carnavales que se realizan en Oruro se controla el uso de partes o cuerpos de animales muertos para adornar trajes, por ejemplo, se usan plumas de diferentes aves, pieles y caparazones.

Hace poco, en las redes sociales circulaban unas fotografías de las barbaridades que hay detrás del famoso y deslumbrante Carnaval de Brasil, pues diferentes aves, como avestruces y otras son desplumadas de forma despiadada y causando sufrimiento a esas especies animales, para que las y los bailarines luzcan majestuosos.

Es cierto que si se controla que los danzantes no usen esos accesorios se puede frenar en algo la venta de los mismos, pues ante la falta de demanda, los vendedores tendrían que disminuir la oferta. Sin embargo, también se debe controlar y sancionar a cazadores furtivos, quienes vieron en esto un negocio lucrativo.

También habría que ubicar granjas, o como se llamen, donde crían esas aves a las que luego despluman de manera despiadada para utilizar sus plumas, luego esperar para que les crezcan otras y nuevamente despojarlas de su "escudo" protector contra alimañas, infecciones, el sol y otros factores externos que pueden dañar el cuerpo del animalito, que queda indefenso ante la falta de sus plumas.

Otro tanto ocurre con los otros animales. Sin ir lejos, el quirquincho es una especie en peligro de extinción, por lo tanto debe ser protegido de la caza indiscriminada de su especie, con cuyos caparazones se hacen matracas y charangos.

Sin embargo, las brigadas que sólo aparecen en carnavales controlan, buscan decomisar y sancionar a los danzarines, pero los caparazones, cuerpos y otras partes de animales se siguen exhibiendo y vendiendo en los mercados.

A quienes fabrican matracas y charangos, por ejemplo, a los que usan caparazones de quirquinchos, tampoco se les sanciona, por lo que la práctica continúa.

Por lo tanto, la recomendación es que se realicen controles no sólo entre quienes compran los implementos para adornar sus trajes, sino que las autoridades también tienen que hacer algo con quienes fabrican, quienes venden y finalmente contra los cazadores furtivos que depredan la fauna impunemente.

Fuente: LA PATRIA
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