El Gobierno británico rechaza en el Parlamento vetar la visita de Trump
21 feb 2017
Fuente: Londres, 20 (EFE)
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El Gobierno británico rehusó hoy (ayer) vetar la futura visita de Estado del presidente de EEUU, Donald Trump, durante el debate en el Parlamento de una petición ciudadana con más de 1,8 millones de firmas que aspiraba a evitar que el mandatario sea recibido por la reina Isabel II.
Miles de manifestantes protestaron ante Westminster contra Trump mientras los diputados analizaban, en una sesión sin votaciones, la invitación que la primera ministra, Theresa May, extendió al lÃder estadounidense cuando ambos se reunieron en la Casa Blanca el mes pasado.
El viceministro de Exteriores, Alan Duncan, que ejerció de portavoz del Ejecutivo, argumentó que la "relación especial" entre Londres y Washington "trasciende a los partidos polÃticos y es más importante que las personalidades individuales".
Desde la oposición laborista, el diputado Paul Flynn argumentó que recibir a Trump con honores de Estado se interpretará como un apoyo tácito a sus polÃticas, y criticó que la primera ministra haya puesto a la soberana británica ante la "difÃcil posición" de recibir al mandatario.
Durante el debate en Westminster Hall, sala anexa a la Cámara de los Comunes, protestaron ante el edificio del Parlamento miles de manifestantes con pancartas que pedÃan "Frenar a Trump" y "Detener el ´brexit´".
En coincidencia con la sesión parlamentaria sobre el lÃder estadounidense, se celebraron en diversas ciudades del Reino Unido actos de protesta bajo el lema "Un dÃa sin nosotros", en referencia al papel de la inmigración en la economÃa y la sociedad británicas.
La petición popular que evaluó el Parlamento admitÃa que se debe "permitir entrar en el paÃs" a Trump, pero argumentaba que "su bien documentada misoginia y vulgaridad le descalifican para ser recibido por Su Majestad la reina o el prÃncipe de Gales". Por eso, pedÃa al Gobierno rebajar el nivel diplomático del viaje, previsto para este año, y no tratarlo como una visita de Estado, cuya invitación formal suele cursar el monarca británico a instancias del Ejecutivo.
El Reino Unido celebra con solemnidad y boato esas ocasiones, en las que el mandatario extranjero se suele alojar en el palacio de Buckingham o el castillo de Windsor, residencias de Isabel II, y ofrece habitualmente un discurso ante el Parlamento.
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