Sergio Loayza, el científico orureño que el mundo reconoce

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Oruro vio nacer en sus tierras a grandes músicos, intérpretes, políticos, artistas, poetas, compositores, etc., pero quién diría que en 1980 nacería un gran investigador que hoy por hoy busca la cura para el cáncer.

Fabricio Loayza Puch, quien estudió en el Colegio La Salle, ya era reconocido por la capacidad intelectual que demostraba y su interés por la ciencia crecía cada vez más, pues en esas aulas que se asientan en la zona Sur de la ciudad fue donde recibió la medalla de oro al mejor alumno en 1997, y al año siguiente ingresó a la carrera de Biología de la Universidad Mayor de San Simón de donde se graduó por excelencia en 2001.

Su interés por la vida no terminó ahí, pues la obtención de su licenciatura en biología molecular, genética y estadística, sólo fue un primer paso para lo que él quería lograr, formarse académicamente en el mundo y tener los conocimientos suficientes para buscar la cura del cáncer.

Su interés por estudiar la biología molecular de esa enfermedad nació cuando ya estaba en la universidad y aprendió primero que hay infinidad de aspectos del cáncer que son desconocidos y que es esencial entenderlos para poder desarrollar nuevas terapias más efectivas, comprendió que es un sistema genéticamente muy complejo y fascinante desde el punto de vista científico.

En 2004 obtuvo la beca Monbukagakusho para realizar estudios de doctorado en Oncología Molecular en la facultad de medicina de la Universidad de Kyoto en Japón, la cual concluyó en 2010.

Loayza realiza, desde 2010, investigaciones postdoctorales en el laboratorio del Profesor Reuven Agami en el Instituto Holandés del Cáncer, uno de los centros de investigación en cáncer más importantes del mundo.

Este orureño ha viajado por muchos países llevando sus conocimientos y transmitiéndolos a través de conferencias sobre la técnica que desarrolló para detectar las vulnerabilidades metabólicas de los tumores; en diferentes países a los cuales fue invitado como China, Singapur, Alemania, Japón, Francia, Suecia, Suiza, y recientemente en enero estuvo en Finlandia, en la Universidad de Helsinki.

Hoy en día sus padres Magali Puch y Sergio Loayza, pese a extrañarlo por la lejanía física, se sienten muy orgullosos de su hijo, quien ha dejado en alto el nombre de Oruro y de toda Bolivia entera, pues hace poco recibió un reconocimiento por sus investigaciones sobre el cáncer, con el Premio "Antoni van Leeuwenhoek" 2016 otorgado por Instituto Holandés del Cáncer, que cada año hace acreedor al galardón a investigadores jóvenes en Holanda, que hayan hecho una contribución científica en investigación sobre dicha enfermedad.

"Este premio es una sorpresa muy agradable para mí, no lo esperaba", indica Loayza Puch, quien resaltó además que ni siquiera sabía que estaba nominado.

La investigación ganadora, según explicó el profesional, trata sobre las células de un tumor en crecimiento que están permanentemente "hambrientas" y éstas tienen las mismas necesidades metabólicas que otras células del cuerpo, por ejemplo, todas las células utilizan glucosa (azúcar) como su principal fuente de energía pero las células cancerosas hacen un mayor uso de ésta.

Las células cancerosas también suelen requerir altos niveles de nutrientes específicos que otras células del cuerpo pueden prescindir temporalmente, cada tumor necesita aminoácidos específicos para su crecimiento, esto significa que si se puede encontrar qué aminoácidos son limitantes para un tumor determinado, se puede utilizar esta vulnerabilidad metabólica para literalmente matar de hambre al tumor.

Loayza se ha convertido en un referente sobre las investigaciones en cáncer, llegando a publicarlas en varias revistas científicas de prestigio como Nature, Cell y Nature Communicactions, entre otras.

Conociendo un poco más el lado humano de este científico orureño nos contó que lo que más extraña de Oruro, su tierra natal, es a sus padres y a su familia, "por suerte ahora es mucho más fácil estar en contacto con ellos. A la vez extraño ese gran sentido de comunidad y de cercanía entre las personas que sólo aquellos que crecimos en esta ciudad podemos entender", y como buen orureño también añora la comida y el Carnaval.

Todo aquel orureño que sale del país a buscar mejores oportunidades económicas y académicas se caracteriza por desarrollar todos sus valores aprendidos en el seno familiar, donde el trabajo y la perseverancia van primando a las demás, Sergio Loayza cuenta un poco sobre la percepción que los holandeses tienen de los bolivianos: "Creo que la visión de los bolivianos en Holanda en muy positiva. La comunidad de bolivianos en este país es muy reducida y la mayoría son estudiantes o personas involucradas en actividades académicas".

Muchos bolivianos, en especial orureños, brillan en el exterior por sus aptitudes en la ciencia, en el arte y en otras áreas, es el caso de Sergio Loayza, quien pone en alto el nombre de la tierra de los Urus y es digno de todo reconocimiento.

Fuente: LA PATRIA