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Viernes 17 de febrero de 2017

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Perspectiva Minera

ENFOQUE

Carencia de profesionales

17 feb 2017

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Una de las debilidades más notorias en el desarrollo de la actividad metalúrgica del país, es la carencia de profesionales que asuman responsabilidades en los grandes proyectos que deben cumplirse para mejorar y sostener lo que para algunos expertos internacionales es nada más que la fase incipiente de una próspera industria metalúrgica.

En base a estudios que se han realizado se sabe que muy buenos metalurgistas bolivianos cumplieron algunas tareas en la fundición de Oruro, pero migraron a otras latitudes donde las perspectivas de trabajo y económicas tenían o tienen abismales diferencias, de ahí que son contados los metalurgistas que se forman en la Facultad de Ingeniería en la Universidad de Oruro, se colocan laboralmente en nuestra fundición, pero avanzan muy poco en experiencia y en perspectivas salariales.

En más de una oportunidad y precisamente visitando el complejo de Vinto, en la fase de instalación del horno Ausmelt, posteriormente en la puesta en servicio de esa mole metálica, el Primer Mandatario lamentó que "en Bolivia no tengamos expertos para instalar plantas e ingenios, fundidoras en el país, no tenemos profesionales que garanticen un buen proyecto" remarcó, especialmente cuando se alteró el cronograma y el precio del proyecto del horno Ausmelt.

Según los expertos hay muy buenos profesionales de la materia, pero son muy pocas las condiciones de empleo, facilidades para aumentar experiencia y en la misma proporción incrementar los niveles salariales, están muy lejos de lo que algunos ingenieros bolivianos logran en Australia, en algunos países de Europa e incluso asiáticos, donde se reconoce el perfil de responsabilidad y entrega de los profesionales bolivianos, una situación que debe considerarse seriamente para incentivar la preparación de nuevos profesionales que estén dispuestos a brindar su fuerza laboral en su tierra, pero por supuesto en condiciones aceptables y con las perspectivas de ampliar conocimientos a través de becas u otros incentivos que faciliten mejorar condiciones en general para un retorno con mayores ventajas y al servicio del país y la región.

Muchos "doctores" configuran el gran número de las graduaciones de ese tipo de profesionales, mientras que son muy contados los ingenieros en minas, en metalurgia y siderurgia que al concluir sus estudios no siempre tienen la opción de encontrar un buen empleo para el desempeño de sus conocimientos, por esas circunstancias es que se necesitan cambios sustanciales, desde la preparación secundaria y la capacitación universitaria, para formar nuevos profesionales que impulsen el desarrollo nacional y regional desde los centros productivos, como el caso de la minería y su industrialización.

Se ha llegado a un punto tan complejo en lo que se denomina una "crisis de valores" para empujar la minería y metalurgia que hasta en los niveles de gobierno se debe improvisar la designación de altísimos funcionarios, llenando los cargos con profesionales de otras ramas e incluso con funcionarios sin la debida experiencia en rubros de especialidad y no meramente improvisados y políticamente respaldados como sucede actualmente.

Expertos en la materia lamentan que la carencia de profesionales en la materia sea una de las causas para el "atraso en la minería y su industrialización", una situación que seguramente tendrá una variante positiva, pero en tiempo futuro, gracias a un acuerdo entre universidad y autoridades del área minera. Es un buen paso, entre muchos otros que deben darse en la casa formadora de profesionales, especialmente en nuestro medio donde el principal rubro productivo, como minería y metalurgia, requiere más ingenieros y técnicos para concretar su desarrollo sustentable.

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