Es difícil controlar el derroche de agua si sigue la venta de chisguetes y globos

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El cuidado del agua es muy importante y eso debe quedar muy claro en todos los orureños cuando estamos a días de celebrar una festividad característica en el departamento como es el Carnaval, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.

Desde el año 2011 se promueve de diferentes maneras el no jugar con agua, especialmente en épocas de Carnaval, esto porque ya se escuchaba hace muchos años sobre la sequía de varios lagos, ríos y otros sectores de agua natural en el departamento y en todo el país.

Incluso existe la Ordenanza Municipal 04/2011 vigente, que prohíbe el derroche de agua en el departamento e indica que a quienes hagan mal uso de este líquido serán multados con 100 bolivianos.

Si bien, ha rebajado el juego con agua en los últimos tiempos, a comparación de lo que era costumbre hace aproximadamente seis años atrás, aún existen personas que piensan que por tradición tienen derecho a derrochar inconscientemente el agua de todos los orureños.

Lo peor de todo, es que a pesar de las prohibiciones y concienciaciones para evitar este despilfarro innecesario de agua, los que incentivan a seguir con el juego, son los comerciantes que aparecen en estas fechas próximas a Carnaval, vendiendo por cantidad chisguetes de todo tipo, tamaño, color y forma.

Además de los globos que son inflados con agua, en el recorrido del Carnaval se ven comerciantes ofreciendo esto como producto. Aparte de que es tóxico para el medio ambiente por el material del que están hechos, nunca fue divertido que te lancen un globo, especialmente en los recientes años, con la intención de lastimar a la otra persona.

Si se sigue ofreciendo al público estos objetos que desperdician el agua, nunca se erradicará completamente esa forma de pensar, que carnavales es para jugar con agua, sin importar la emergencia a nivel nacional.

Y es que ya no se trata de costumbres o tradiciones, más bien de un recurso natural que es vital para el ser humano y que ya se desperdicia bastante en trabajos de minería especialmente.

Tomar en cuenta la situación por la que viven hoy en día, en la ciudad de La Paz, cuando todavía es racionada la distribución del elemento líquido, es un ejemplo muy claro para dejar de desechar el agua en estas fechas, pensar en situaciones más importantes donde de verdad necesitamos de este líquido, en la salud y el futuro de los que ahora son jóvenes y mañana serán padres de familia.

Fuente: LA PATRIA