Estridencia acústica

Ni bien pasa el Año Nuevo, Oruro se convierte en el escenario gigante de prácticas de baile, primeramente los domingos, luego un mes antes de la Peregrinación del Sábado de Carnaval al Santuario Diocesano de Nuestra Señora del Socavón muchos grupos se apostan en las calles, plazuelas y otros espacios abiertos para verificar la práctica de sus danzas.

Y no es sólo como otrora, cuando los grupos de baile folklórico ensayaban sus coreografías los domingos por la tarde, ahora también la mañana de los domingos.

Y no es sólo cada domingo un mes antes del Sábado de Peregrinación, sino todas las noches. He sabido de vecinos de varios sectores de la ciudad que en un impulso violento, han tomado acciones en contra de quienes practican bailes sobre todo por el estridente ruido que producen las bandas, o equipos de amplificación.

A esa caótica práctica de bailes, hay que añadir los ensayos previos a la Entrada Universitaria en otra fecha del año, asimismo, las innumerables otras entradas que han surgido los últimos años en cualquier día y a cualquier hora, y los desfiles, no me refiero a los desfiles clásicos que son legítimos, sino a los innumerables desfiles que los establecimientos educativos han "creado" en la efeméride de fundación de cada uno de ellos.

Y no es sólo eso, es el estridente despertador de cada mañana para quienes habitamos en el casco viejo de la ciudad, que provocan los canales televisivos pasando "en vivo" bailes de grupos pequeños de cada una de las disciplinas, pero que lo hacen con el mismo ruido, ya no diremos música, porque a las 8 de la mañana imagínese una banda colocada cerca de la plazuela Castro de Padilla, con el ruido vehicular, bocinazos, niños que transitan, etc.

Pero no es sólo la estridencia musical, es también lo que popularmente se llama en Bolivia "trancaderas", a la congestión de vehículos que no avanzan debido a que una y otra vez los "conjuntos folclóricos", cruzan las calles convirtiendo en una batalla el desplazamiento, y el legal desplazamiento de vehículos, con lo que se viene a perjudicar ostensiblemente a los usuarios que no hallan forma de desplazarse en forma normal, como ha ocurrido este domingo, que los grupos folclóricos desde tempranas horas del domingo han efectuado sus prácticas alrededor de la Plaza 10 de Febrero, la calle Bolívar y vías anejas.

Habiendo tomado un taxi en la calle Sucre y 6 de Octubre, tardamos 45 minutos en llegar a las calles Vázquez y Sotomayor. Gracias a Dios, que el conductor fe un chófer de amable carácter, ya que muchas veces hemos visto cómo los conductores de vehículos en esas "trancaderas" tiene reacciones fuertes, y también que aumentan el precio de las tarifas.

La "Organización mundial de la salud" (OMS), en su declaración Adoptada por la 44ª Asamblea Médica Mundial en Marbella, España, de septiembre de 1992, y modificada por la 58ª Asamblea General de la AMM, Copenhague, Dinamarca, Octubre 2007, señala: "El ruido afecta a las personas de diversas maneras. Sus efectos están relacionados con la audición, el sistema nervioso vegetativo, la psiquis, la comunicación oral, el sueño y el rendimiento. Puesto que el ruido es un factor estresante, una carga mayor para el cuerpo produce un mayor consumo de energía y más desgaste. Se sospecha que el ruido puede favorecer principalmente las enfermedades en que el estrés tiene una función importante, como las enfermedades cardiovasculares, que se pueden manifestar en la forma de hipertensión, infarto de miocardio, angina de pecho o incluso apoplejía".

"Los efectos para el campo psicológico también son graves. El estrés producido por ruido ambiental - en especial el ruido del tráfico - es una preocupación principal, no sólo en los países industrializados, sino también cada vez más en las naciones en desarrollo".

Y la OMS está hablando de la contaminación acústica que produce el continuo aumento de los volúmenes de tráfico, no está hablando de la estridencia añadida.

De tal forma que las autoridades respectivas tienen un presupuesto pendiente:

1. Reordenamiento de rutas, impuestas por la dictadura de los dueños de "minibuses" especialmente, asimismo por la abusiva utilización de las veredas que no son estacionamientos vehiculares, sino espacios para el desplazamiento de los patones. Me llama la atención que varias veces fue multado el vehículo de uno de los miembros de mi familia en la puerta de la casa, pero no se sanciona, día a día, permanentemente, sistemáticamente a los abusivos que colocan sus majestuosos vehículos sobre nuestras aceras.

2. Reordenamiento de los puestos callejeros de vendedores llamados ambulantes, que ya no lo son, debido a que se posicionan sobre las veredas aumentando el caos ya generalizado.

3. Sanciones efectivas a quienes miccionen en las calles. Triste la afirmación de un turista extranjero que vino a Oruro para admirar la "Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad", quién me preguntó: "¿Sigue defecando el público en la propia Plaza de Armas durante el Carnaval?

Y para concluir dos preguntas: ante el creciente y enloquecedor ruido, ¿quiénes serán responsables de los efectos físicos y psicológicos que producen éstos?

¿Quiénes se responsabilizarán durante las próximas semanas de la orina, heces y demás basura contaminante, que uno encuentra en sus puertas, veredas y calles? ¿No deberían ser quienes lucran a costa de la Obra Maestra? Obvio, los que no consumimos sus productos no tenemos por qué costear dichas consecuencias.

Al amparo del decreto del 15 de noviembre de 1966, del Beato Papa Paulo VI, publicado por el "Acta Apostolicae Sedis" el 29 de diciembre siguiente (volumen 58, número 16), ha sido suprimida la censura eclesiástica para cualquier escrito sobre temas religiosos.

german_mazuelo_leyton@yahoo.com