Domingo 12 de febrero de 2017
¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...
A pesar de estar despierto, siento que si cierro los ojos volveré a ver ese par de ojazos tristes, negros azabaches.
"Ni fotos ni grabadoras", nos habían dicho.
Aparenta veinte años, pero nos dicen que tiene dieciséis y que viene de alguna ciudad de Moldavia.
Cierro los ojos y siento que su perfume inunda todo el ambiente.
Cuando estoy más cerca advierto que se trata de la fragancia a jabón barato. Abro los ojos y, definitivamente, acuden a mi atolondrada mente las voces que me reiteran:
"Nada de fotos".
"Cayó en una redada conjunta de las policías de dos países amigos."
"Ella nos llevará al principio de la madeja"
Nos mira. ¡No! Me mira.
Supongo que lo hace porque debo recordarle a su padre.
Un padre que seguramente la quiere y la está esperando para homenajearla por lo bien que lo ha hecho en sus estudios en el extranjero o por su nueva carrera en el campo de la hostelería.
O simplemente un padre que está esperando que la hija llegue con dinero.