Una vista nostálgica a Oruro

Muchas canciones, poemas, prosas, describen a Oruro como una tierra acogedora, romántica, de amor y por supuesto ligada al Carnaval, fiesta religiosa devocional que atrae a personas desde lo más recóndito del planeta, por su majestuosidad y su ligazón con la fe.

Cuando recordamos una efeméride, obligatoriamente miramos al pasado, y cuando se revisa la historia de Oruro, es inevitable ponerse nostálgico, pues esta ciudad en sus tiempos gloriosos, cuando la minería estaba en su apogeo, era una capital cosmopolita y progresista.

Lejos quedaron esos años, pues ahora esta alta tierra está postergada y no se hace justicia a toda la ayuda que en sus tiempos dorados brindó al resto de los departamentos para que surjan y se desarrollen, pues ahora nadie quiere mirar hacia este lado y hasta el primer presidente orureño parece extranjero en esta tierra, pues si bien entregó alguna que otra obra, éstas son elefantes blancos que en poco o nada favorecen al resurgimiento de esta mística tierra.

Pocos lugares han conservado su esencia ante la llamada "modernización", como la estación central, que es uno de los sitios en los que aún se respira ese airecito de nostalgia que evocan el pasado memorable que posee la tierra de los Urus.

Otros, pese a haber tenido modificaciones aún conservan algo de historia, pero por el significado, histórico o no que tienen para los ciudadanos orureños, inclusive para los visitantes, es que se convierten en representativos y valen la pena ser resaltados, más aún cuando los recursos tecnológicos nos lo permiten, pues junto LA PATRIA fue actualizándose junto con los avances en esa área, entrando hace unas décadas en la era del color, por lo que, en el intento de ofrecer lo mejor se ha elaborado esta separata especial en homenaje a los 236 años de la revuelta que dio una pauta a los ideales de libertad que se respiraban en el siglo XVIII.

En esta ocasión se ha preparado un material que lleva una reseña histórica de cada lugar emblemático, con datos necesarios para conocer el sitio, acompañada por fotografías a todo color, que muestran la belleza de ciertos rincones de la ciudad, a modo de hacer turismo en nuestra propia urbe. Quisimos hacer énfasis en las imágenes, para que se puedan apreciar las maravillas que reserva esta capital, tanto para sus habitantes como para los estantes y visitantes, será un documento para tener y sirva para consulta en cualquier momento.

Por supuesto, no podía faltar la parte histórica que enriquecerá las nociones de cómo ocurrieron los hechos el 10 de febrero de 1781, sus personajes y otros detalles que deben ser conocidos para saber cómo enfrentar el presente y lo que nos depara el futuro.

Deseamos que este documento sirva tanto para el deleite de nuestros lectores como para ampliar sus conocimientos de cuanto ocurre en esta bella tierra, conocida como la ciudad del Pagador, o capital del Folklore de Bolivia, donde todo puede ocurrir.

Atentamente,

Ximena Miralles Iporre

Directora de LA PATRIA

Fuente: LA PATRIA