Oruro un pasado de glorias y un futuro de esperanzas

Estamos en la celebración de los 236 años que nos separan de la justa revolucionaria que se desató en la Villa Minera de Oruro, para poner freno a la injusticia, la depredación de sus recursos naturales y la prepotencia de extraños que sólo buscaban enriquecerse con los minerales de la tierra que fue fundada por encargo del Rey de España, para posesionar a sus huestes y sacar de sus entrañas la mayor cantidad posible de su rico mineral.

Las cosas pasaron en siglos anteriores y esa depredación permitió generar riqueza al otro lado del mundo, disminuyendo en el lugar original las opciones de utilizar sus recursos de la mejor manera posible. Es lógico, todavía no se dieron las condiciones apropiadas para encarar "planes de desarrollo", lo de ese tiempo fue la obligación de trabajar y pagar tributos, que tampoco servían para crear esas condiciones de exigencia comunitaria, como salud, educación e inclusive libertad.

Un hecho trascendente fue la llegada del ferrocarril, proveniente de Chile y con las paralelas de acero hasta la Plaza Principal de Oruro, una ciudad que comenzaba con planes urbanísticos y podía entonces implantar programas de desarrollo porque apoyado en un proceso generador de divisas que permitió en un largo periodo facilitar el crecimiento de la Nación, impulsar su integración caminera y otorgar recursos para que otras ciudades tomen ejemplo y se organicen como centros urbanos de crecimiento paulatino.

Oruro, en un capítulo de la azarosa historia nacional, pudo ser el sitio para la Fundación de la República, pero cuestiones de "menuda" política y acciones muy marcadas por el "altoperuanismo" reinante hicieron que se cambie la sede hacia la "apergaminada" ciudad de Chuquisaca que se mostraba benigna en clima y en la tranquilidad que esperaban los deliberantes. Pero Oruro continuó y pudo superar condiciones de política criolla que no impidieron su crecimiento en un sitio estratégicamente definido como el centro de vinculación nacional.

Las referencias históricas apuntan detalles sobresalientes sobre el paso del tiempo en Oruro, de un periodo envidiable con la entrega de su riqueza argentífera (plata), pasa a la era del estaño, (el metal del diablo), generando importantes ingresos que pudieron abrir huellas más profundas para su desarrollo, empero desprendimiento y patriotismo se impusieron y se mantienen aún para servir solidariamente al progreso nacional.

Pero todo tiene su tiempo y su lugar, Oruro siempre ha recibido con la mayor humildad los presentes de "cumpleaños" cada 10 de Febrero, incluso hubo un mandatario que regaló un cheque sin fondos, la afrenta fue muy seria�pero pasó. En este nuevo aniversario se libraron al servicio público centros educativos, otras obras importantes, incluyendo un museo millonario, un corredor bioceánico que tardó demasiado en concretarse, pero ya está habilitado. Sin embargo y por el análisis de coyuntura, es bueno saber que sigue vigente un pliego petitorio que repite pedidos desde hace varios años y todavía no se los atiende.

Oruro tuvo un pasado de gloria y mantiene un futuro de esperanzas. La minería y el Puerto Seco están en sus prioridades.

Fuente: LA PATRIA