Miercoles 08 de febrero de 2017
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Los cien primeros dÃas de una gestión revelan pautas. Se esperaba que en ajuste con la realidad se morigerara el gesto radical de Donald Trump. Pero más bien se dio carta ejecutoria a varias promesas polÃticas. Son de las que propuso como candidato, y es un hombre que hace lo que dice. Para los que apoyaron con su voto no debe de haber sorpresas. Se decidió tener ese tipo de gobernante: duro y fuerte. ¡Ahà está! Ahora sólo falta saber si también un paÃs se puede manejar con la drástica verticalidad de una empresa privada. La respuesta traerá el tiempo.
No obstante la edad ya provecta, es un hombre impetuoso, lleno de fuerza y coraje. Su intención es - lo dijo clara y explÃcitamente - "hacer a EE.UU. grande, otra vez", y desde el primer dÃa se halla abocado a ese empeño, a rajatabla. Mientras el mundo externo aún no agota su asombro, él trabaja dentro como si no le importara. Es descendiente de extranjeros, pero no ha vivido las tribulaciones del desarraigo, ni sabe lo que cuesta sobrevivir en tierra ajena. De ahà la aparente insensibilidad que demuestra con los inmigrantes.
