El enemigo invisible

En los últimos años verificamos un cambio dramático en los hábitos sociales de los menores de edad, la presión para que especialmente los adolescentes consuman bebidas alcohólicas parece ser ya incontrolable, y presión no sólo para que consuman bebidas embriagantes, sino presión para emborracharse.

Junto a ese incentivo, hay otros dos que se relacionan estrechamente, el acicate para el consumo de drogas y la promoción de una vida sexual activa temprana. En otras palabras se impulsa la práctica de la intemperancia.

Vivimos en un tiempo en el que las adicciones son mucho más frecuentes de lo que el común de las personas se da cuenta. ¿No ha escuchado Usted a gente joven decir que el consumo de mariguana es inofensivo?, y ¿no hemos escuchado también en estos últimos años respecto de la intención de legislar unos supuestos "derechos sexuales y reproductivos"?

La sensualidad sublevada contra los frágiles obstáculos del divorcio, tiende por si misma al amor libre» (Plinio Correa de Oliveira, Revolución y Contra-revolución).

Un peldaño lleva a otro, y aún más «un abismo clama por otro abismo» (Sal. 41, 8). El programa de la revolución neomarxista apunta ahora hacia la «revolución sexual de los niños, también llamada movimiento de "liberación infantil" y considerada "un punto importante de la revolución sexual� el "derecho de alcanzar el máximo de placer" extensivo a niños".»

Una delirante agenda neopagana que «propone una educación sexual "integral" que haga posible, "desde temprana edad", el ejercicio de la sexualidad en forma plena, libre e informada� La pesadilla de la "liberación infantil" neomarxista ya toca, pues, a nuestras fronteras» (Cf. La revolución cultural neomarxista, una amenaza a la familia).

2. Legalización de la marihuana. Según un reporte médico recientemente publicado en Gran Bretaña, consumir marihuana de adolescente o joven incrementa el riesgo de padecer de psicosis, llegaron a tal conclusión científicos de la Universidad de Maastricht (Holanda), con la colaboración de expertos de Alemania, Suiza y el Reino Unido, en un estudio respecto del tema tras analizar el caso de 1.900 jóvenes de entre 14 y 24 años durante un período de diez años. La investigación fue publicada en la revista especializada British Medical Journal.

Aunque el vínculo entre el cannabis y la psicosis ya había sido establecido en el pasado, era incierto si el consumo de marihuana podía llevar a dicha enfermedad mental. El estudio sugiere que el consumo de marihuana en adolescentes y jóvenes sí provoca un alto riesgo de padecer de psicosis.

El profesor Jim van Os de la Universidad de Maastricht, a cargo de la investigación, indicó que el consumo de cannabis incrementa "significativamente" el riesgo de sufrir síntomas de psicosis, incluso cuando otros factores como el estatus socioeconómico de la persona, el consumo de otras drogas y condiciones psiquiátricas diferentes fueron tomadas en cuenta.

En 2008, el por entonces Gobierno laborista de Gordon Brown reclasificó el cannabis de droga Clase C a Clase B (más peligrosa), en contra de los consejos de su propio asesor científico, quien dijo en su momento que la marihuana sólo jugaba un rol "modesto" en el desarrollo de la psicosis (ANSA).

Así y todo, como sabemos la izquierda promueve, como ocurrió en Uruguay y en varios Estados de USA, la legalización de las llamadas «drogas blandas».

"Los Estados modernos, antes cristianos, y ahora apóstatas, han quedado idiotizados, y generan continuamente leyes gravemente injustas, peores que las de los Estados paganos. No se rigen por la fe, pero tampoco por la razón, pues se les ha atrofiado" (P. José Mª Iraburu, Católicos y política).

3. Abuso del alcohol. ¿Quién paga las consecuencias?

El abuso de bebidas alcohólicas entre la gente joven no es sólo responsabilidad de éstos, es la sociedad en su conjunto la que tiene que asumir la responsabilidad de tal consumo y su consecuente abuso de manera colectiva, ya que las consecuencias negativas del abuso alcohólico no se limitan a la persona que lo consume, sino que se extiende a la familia, la comunidad local y la sociedad en su conjunto.

Mientras los fabricantes de bebidas embriagantes tienen carta libre para comercializar sus productos, éstas y el público consumidor, ignoran el extraordinario trabajo de rehabilitación que realizan de manera heroica y silenciosa, tantas organizaciones especialmente religiosas, tal el caso, que dicho sea de paso, son las que enfrentan por una vocación apostólica y espiritual, la permisividad reinante, obras que autofinancian su servicio generalmente con la limosna de otros creyentes.

La Asociación Comunidad Papa Juan XXIII se fundó en Italia en 1968. En Bolivia cuentan con comunidades terapéuticas en La Paz y Yacuiba, a fin de dar una respuesta eficaz a los muchos jóvenes y familias que viven el drama de la dependencia de alcohol y sustancias, así como a nuevas problemáticas como la dependencia de los juegos de azar.

Otra organización es la Fraternidad de los pobres de Jesucristo, establecida en la diócesis de Franca, Sao Paulo, Brasil. Está presente en la arquidiócesis de Santa Cruz, realizando su labor junto a los pobres y despreciados de la sociedad con la intención de rescatar del mundo de las drogas y del vicio a los que desean una nueva oportunidad de vida.

En nuestra ciudad, el Apostolado de la Nueva Evangelización (ANE), ha establecido un comedor semanal para pobres, al que acuden personas afectadas del síndrome del alcoholismo.

¿Y los fabricantes y expendedores de bebidas embriagantes? Bien gracias.

german_mazuelo_leyton@yahoo.com