Corredor bioceánico en servicio

La carretera Oruro - Pisiga de más de 200 kilómetros de longitud, es un anhelo de larga data para los orureños, más de medio siglo desde que el destacado patricio orureño, Don Josermo Murillo Vacareza, lanzara la idea de construir una carretera hacia el mar, uniendo la ciudad de Oruro con la chilena de Iquique en el océano Pacífico, además de configurar este adelanto vial el primer "corredor terrestre bioceánico", por sus conexiones nacionales en la red fundamental, hacia el valle y el oriente para llegar hasta un puerto de Brasil en el océano Atlántico.

Los 230 kilómetros han sido utilizados permanentemente, pese a las dificultades propias de un camino de tierra, casi intransitable en periodos de lluvia, pero que mostraba la necesidad de convertirlo en una carretera asfaltada, dadas las exigencias de un intenso movimiento comercial, que entre otras alternativas facilitó la exportación de nuestro estaño metálico hacia destinos de ultramar y por la misma ruta la llegada de mercadería de importación para empresas orureñas y nacionales.

Nadie se explica actualmente bajo qué criterios técnicos o financieros se trabajó durante varios años, construyendo la carretera asfaltada Oruro - Pisiga, por tramos, sin una continuidad regular como dirían los expertos de principio a fin. Es evidente que se lograron recursos externos, para financiar ciertos tramos, de ahí que posiblemente se alteró un proyecto único, segmentándolo en trechos de varios kilómetros que pudieron ser financiados con apoyo de instituciones y gobiernos amigos, hasta que finalmente se completó el asfaltado de la ansiada carretera bioceánica.

A fines de la gestión pasada 2016, se completó el último tramo de algo más de 50 kilómetros entre Toledo - Ancaravi, era el último que faltaba para tener después de tantos años la carretera asfaltada Oruro - Pisiga, la que necesitaba del toque oficial, con corte de cinta, discursos y la challa de rigor para poder hablar de una carretera "legalmente entregada y librada oficialmente al servicio público".

La reminiscencia que hacemos tiene el sentido de ubicarnos en tiempo y espacio para establecer que este camino fue nexo permanente entre nuestra ciudad y todas las poblaciones hasta llegar a la mismísima frontera con el país vecino de Chile. Oruro en el convencimiento de la importancia de tal ruta y considerando su proximidad con un puerto del Pacífico, planteó la construcción de una carretera asfaltada que se convierta en un verdadero corredor bioceánico.

Y la carretera está concluida y habilitada, un puente completará su moderna estructura y lo que ahora falta son planes de estrategia comercial que aumenten el movimiento en la importante ruta, pero con el beneficio de incrementar las operaciones de tráfico de importaciones y exportaciones, las que se complementarán con el funcionamiento del Puerto Seco, proyecto que hubiera sido ideal estrenarlo en el día de las glorias orureñas. La carretera Oruro - Pisiga se inscribe como el primer tramo de un largo corredor bioceánico.

Fuente: LA PATRIA