Aunque la preparación del Carnaval de Oruro implica responsabilidades en todo el año, está claro que los ajustes finales se producen faltando pocos dÃas para la realización del evento, queriendo ganarle tiempo al tiempo para lograr algunas mejoras que muy pudieron aplicarse con bastante anticipación, por ejemplo la emisión de disposiciones prohibitivas con el uso de agua y de espumas, un par de aspectos que desluce la realización de la fiesta y molesta a quienes no participan de esa mala costumbre.
Sólo ese detalle necesita un tiempo anticipado en su aplicación, uno para que la Aduana tome recaudos y prohÃba la importación de espumas o su introducción ilegal en el mercado nacional y principalmente en el local. Lo del agua merece un periodo de concienciación ciudadana y especialmente de la juventud, para evitar el mal uso del imprescindible lÃquido, asà no estemos atravesando el problema de otras ciudades.
Teniendo ya el diseño de la ruta carnavalera que este año tampoco tendrá variantes, algunos vecinos, no todos estiman que la venta de metros lineales podrÃa anticiparse para evitar aglomeraciones de los últimos dÃas, como acontece casi siempre. Otro tanto podrÃa hacerse con la concesión de espacios para cierto tipo de negocios, por ejemplo los "salones de belleza callejeros", puestos de venta de comida rápida, refrescos y helados, dejando para un estudio especial el caso de la venta de bebidas alcohólicas que deben someterse a un reglamento apropiado que debe cumplirse severamente para evitar problemas con conjuntos folklóricos, danzarines y los espectadores.
Todo un proceso que entre otras cosas debe movilizar a las autoridades encargadas del control de establecimientos de hospedaje, los hoteles, hostales, residenciales, alojamientos y otros que se improvisan para los dÃas de carnaval y son parte de toda una estructura que merece atención particularizada, tratándose de la imagen de nuestra ciudad, que los visitantes impregnarán en su mente luego de su permanencia en la Capital del Folklore de Bolivia.
El carnaval está en marcha desde el pasado año, especialmente en lo que corresponde a la preparación fÃsica y coreográfica de miles de danzantes devotos que extremarán esfuerzo en su presentación el Sábado de Peregrinación y los dÃas siguientes de jolgorio en carnestolendas.
La duda que aún queda y que no tiene respuesta en otro año que transcurre en la preparación del carnaval, es lo referente a la construcción de un complejo cultural, folklórico, explanada de baile y la comodidad de la que gozarÃan miles de espectadores, llámese diablodromo, folklodromo o cualquier otra designación que apropie el sentido de contar con un verdadero complejo carnavalero.
Fuente: LA PATRIA
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