El sistema carcelario es una violación constante a los DD.HH.
05 feb 2017
Fuente: La Paz, 4 (ANF)
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La responsable jurÃdica de la Pastoral Penitenciaria, MarÃa del Carmen Michel, afirmó que el sistema carcelario del paÃs es una violación constante a los derechos humanos porque no cumple con las condiciones mÃnimas previstas en las leyes y la Constitución PolÃtica del Estado (CPE).
"El sistema carcelario de Bolivia es una violación constante a los derechos humanos, o sea el privado de libertad todos los dÃas encuentra violado sus derechos humanos", apuntó.
Citó como ejemplo que no hay clasificación de presos por detenidos preventivos, detenidos sentenciados y por tipos de delitos.
"Por ejemplo en el recinto penitenciario de Oruro, para entrar a visitar a una mujer privada de libertad se tiene que ingresar por el espacio de los varones, y no es el único recinto penitenciario en el que pasa esto", dijo.
Otra muestra de la vulneración constante de los derechos humanos son los elevados niveles de hacinamiento en las diferentes cárceles.
Indicó que en el caso de la cárcel de Mocovi, que fue construida para 150 personas, "ahora hay más de 560, y donde la mayorÃa usa solamente sandalias, muchos están con ropas muy raÃdas".
Otra muestra del hacinamiento está en el penal de San Pedro de La Paz donde "hay más de 250 personas que no tienen un espacio donde vivir, viven en callejones, en gradas, se acomodan dónde pueden".
ALIMENTACIÃ?N
Si bien el Estado cumple con la entrega del prediario de 8 bolivianos para los internos, señala, el monto no se desembolsa mensualmente, como estipula la ley, sino "cada tres o cuatro meses".
Este hecho genera que en recintos penitenciarios como el de Riberalta o GuayaramerÃn "las personas privadas de libertad salgan a los mercados, acompañados por sus custodios, a pedir el regalo de desechos, de carne, verduras, y en algunas ocasiones han llegado a recoger hasta de la basura".
REINSERCIÃ?N
Existe falta de procesos adecuados de educación, rehabilitación, reinserción social y acompañamiento familiar, indicó Michel.
Refirió que no se puede hablar de la resocialización de una persona privada de libertad si la cárcel está concebida en Bolivia como lugar de castigo. "Esto es imposible en esta situación penitenciaria (�), no hay opción de mejora o de cambio", apuntó.
Ante este panorama, el futuro de recuperación de los internos es incierto y una constante amenaza para la población.
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