Trabajar, y ya no servirse del país

Como en todo tiempo, cada inicio de año se lo hace con la esperanza de que haya llegado el momento de actuar con responsabilidad y que la honestidad sea característica del diario vivir; pero, cada año es tiempo de decepciones y frustraciones porque, por mayores exigencias que haya para que el gobierno cambie efectivamente conductas, parece que, luego de once años de gobierno continuo, las esperanzas han sido vanas.

Trabajar y hacer gestión, administrar el país, obrar con responsabilidad debería ser la consigna del momento y ocurre lo contrario porque las ansias de seguir en el poder mediante una nueva repostulación el año 2019, se hace proselitismo partidario, se organizan cuadros y contingentes para que se asegure nuevamente el poder porque las ambiciones no cesan y aumentan discrecionalmente.

Habrían centenares de preguntas para que sean respondidas, pero no con respuestas populistas y demagógicas como se acostumbra. Es preciso que se tome conciencia de que solamente el trabajo es constructivo y efectivo para derrotar a la pobreza y la dependencia; que las virtudes hechas valores y principios deben ser los instrumentos del accionar diario de gobernantes y gobernados. Es tiempo de sentir al país, amarlo y servirlo; es hora, finalmente, de no utilizar al país en pro de intereses creados y personales que llegan a los peores extremos de egolatría.

Cuando los pueblos permiten la presencia de caudillos que se sienten irremplazables, con seguridad que pierden mucho de su dignidad, libertad y capacidad para superar los problemas y, mucho más para vencer a la pobreza y la dependencia como las que sufrimos desde hace muchos años y que no nos atrevemos a encarar con eficiencia, eficacia, honestidad y responsabilidad conjuntamente la unidad entre todos. Creer que solamente el gobierno del MAS puede alcanzar los objetivos que el país quiere es, simplemente, pensar en fantasías, absurdos y que la irresponsabilidad pueda conseguir frutos en pro del bien común.

El proselitismo político hay que dejarlo para su momento; ahora, lo que corresponde es trabajar eficientemente, sin demagogia ni populismos baratos que nada bueno traen a los pueblos; nada positivo se logra con odios y revanchismos o con endosar las propias culpas a otros que sólo buscan el bien a ser compartido y vivido plenamente en aras de la patria que es madre de todos.

Fuente: LA PATRIA