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Domingo 29 de enero de 2017

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Cultural El Duende

"Conozco bien a Santiago Blanco y puedo explicarlo"

29 ene 2017

Diálogo con el reconocido escritor Gonzalo Lema acerca de su novela "Que te vaya como mereces" recientemente galardonada con el premio LH Confidencial de Novela Negra (España), una obra donde reaparece el detective Santiago Blanco

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¿Eres un escritor a tiempo completo, se puede vivir de escribir en Bolivia?

Gonzalo Lema (GL): No, no lo soy aún, pero he de serlo pronto porque pienso jubilarme a los 58 y estoy en vísperas. De todas formas, salvo mis trabajos en el organismo electoral y el concejo municipal, he podido disponer de "medios tiempos" para leer y escribir. Estos últimos años, inclusive un poco más. Es imposible, para mí, vivir de la literatura, pero en cambio sí debo vivir para ella.

Si tuvieras que elegir, con cuál te quedarías ¿novela o cuento?

GL: Con novela. Es curioso, pero con los años prefiero el trabajo de largo aliento, aquel que me tome más de un año, quizás dos. Por supuesto, como menos mal no hace falta decidir por una opción, también escribo cuentos. Los cuentos me sirven para despejarme de temas, porque es frecuente que otros temas se te crucen mientras escribes la novela. Entonces los atiendes y los resuelves vía cuentos.

Al mismo tiempo, los cuentos te mantienen la mano caliente. Por último, y me ha sucedido nítidamente una vez, algún cuento se convierte en novela. "Vacaciones de tía Lola" se me volvió, en unos pocos años, "Los labios de tu cuerpo", mi novela erótica. En el cuento sentí una experimentación que desarrollé, en paz, en la novela. Bueno, además me gusta leer cuento. Grandes novelistas son magníficos cuentistas, como sabemos.

Según tu opinión ¿quiénes son los mejores narradores bolivianos del siglo XX?

GL: Quizás no en toda su obra, pero me gustan libros de Carlos Medinacelli, Chirveches, Arguedas, Céspedes, Zamudio, Taboada Terán, Cerruto, Mundy, Saenz, Renato Prada, Urzagasti, en fin, no son pocos, porque todavía puedo citar otros tantos.

¿No está mal, verdad? Cada día que pasa tenemos una mejor conciencia del valor de ciertos libros, y eso debemos agradecer a nuestros estudiosos. Más que una simple columna vertebral literaria, los bolivianos tenemos un cuerpo literario de buena factura, capaz de expresarnos y de testimoniar distintos tiempos históricos que vivimos como nación. Es una buena constatación. Ahora necesitamos multiplicar los lectores.

¿Qué opinas de la literatura boliviana en lo que va del siglo XXI?

GL: Tenemos una explosión demográfica de escritores, y espero que también de lectores. Es un número considerable de novelistas y cuentistas que se han dado a conocer en estos años. Muchísimos son jóvenes, y buena parte son mujeres. Se advierte ambición literaria en algunos, deseos de trabajar.

Al mismo tiempo, otros leen poco. Muy poco. Hay de todo. Soy optimista en la irradiación de nuestra literatura porque estamos globalizados y vamos entiendo mejor cómo es el mundo exterior. Por lo demás, gente como yo hemos nacido comenzada la segunda mitad del siglo XX, y estamos en plena madurez ahora. Es decir: pienso que la literatura de este siglo ha nacido el anterior.

Coméntanos algo acerca de tu última novela ganadora ¿Cómo la escribiste?

GL: Primero la escribí, en una buena parte, en mi cabeza. Eso me suele ocurrir siempre. Pero luego me enamoré de una frase inicial: "¿Y por qué no vendemos este país tan feo y compramos uno bonito junto al mar?" Fue todo. Comencé a desenrrollar un ovillo hasta terminarla. Yo no sufro tanto escribiendo a Santiago Blanco, mi personaje. Lo conozco bien y puedo explicarlo. Explicitarlo. Luego, me dediqué a pulirla línea a línea. Me encanta ese trabajo. Todavía lo hago hasta que ingrese a imprenta.

¿Qué buscas al escribir? ¿Contar historias, crear con el lenguaje, transmitir ideas?

GL: Me fascina narrar, con historia o sin ella. Me encantan las palabras. Su música, su ritmo. También me gusta verlas reventar en astillas. Yo empecé escribiendo poemas de adolescente, y conservo mi pasión por el lenguaje. Una pasión intacta. Escribo para revolcarme en él. Esa es la verdad. Y hago lo mismo al hablar. Todos me lo dicen desde siempre.

¿Cuál es tu universo de lecturas?

GL: Yo leo absolutamente todo desde que volví de Australia a mis veintidós años. Letreros, paredes, papeles del suelo, libros de economía, psicología, política, Derecho, literatura, etc. Tengo hambre voraz de conocimiento. En estos últimos años se me ha acrecentado el hambre de leer. Es una noticia fabulosa, porque así voy a escribir mejor.

Los libros que se dejan releer por siempre son los libros perfectos. Inagotables, infinitos. Cada lector tiene su propia Rayuela.

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