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Domingo 29 de enero de 2017

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Revista Dominical

Los doctorcitos, danza satírica

29 ene 2017

Por: Antonio Revollo Fernández - Investigador-Historiador

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I. LA MITA Y LOS OBRAJES COLONIALES

El carácter contestatario de aymaras y quechuas de nuestro planalto andino fue una constante durante el periodo colonial e incluso gran parte del periodo republicano, denotada por su espíritu de rebelión disfrazada, utilizando la mordacidad para con el opresor que vino allende los mares en son de sed metalífera , que expresó su repudio mediante el remedo, la sátira, o los apodos, sobrenombres y danzas festivas que les permitieron sobrellevar la carga pesada de servidumbre, tributos impuestos y trabajos forzados, tanto en los centros textileros de los obrajes como el trabajo de la mita en las minas de Potosí y Oruro del eje charquino-potosino, núcleo vital de la riqueza imperial española que determinó la primera revolución industrial en la vieja Europa.

En ese marco los Doctorcitos es una danza folklórica de carácter contestatario que las clases subalternas de origen aymara-quechua a través de la danza satiriza y ridiculiza al Leguleyo, cuyas poses y prácticas histriónicas del togado, constituyen el desahogo de psicologías reprimidas ante los avatares del mundo judicial, que no siempre fueron transparentes, ni hubo justicia acrisolada que debiera ser el cenit del bien axiológico, basta con recordar las parodias de juicios entretejidos en la época colonial contra el levantamiento indígena del mundo panandino de Tomás Katari,(Chayanta), Túpac Amaru, (Tungasuca-Peru), Túpac Katari, Bartolina Sisa, (Ayo Ayo), Santos Mamani, Lope Chungara (Challapata-Peñas) y muchos otros rebeldes en los años 1780-1781, que con el argumento de escarmiento fueron incluso descuartizados.

Pero, pese a las inmolaciones de los caudillos, no fueron exterminados en su espíritu rebelde que esperaron resquicios para mostrar su descontento a través de la mofa y burla hacia el español y al criollaje mediante la danza y la música, muchas veces con cánticos francamente provocadores como los realizados en los carnavales de Oruro el año de 1783, cuando una tropa de danzarines fueron impedidos de ingresar a la Plaza del Regocijo (hoy Plaza "Manuel de Castro y Padilla") que determinó a la postre juicios sin nombre para los insurrectos (1).

II. EL APODO DE HUAYRALEVAS

Los Doctorcitos llamados también "Huayralevas" (2) por el traje tipo frac francés y/o, inglés que utilizaban como resabio atávico de los oidores de la época colonial, que mantuvieron su rango de intocables y arrogantes hasta muy entrada la república, considerados como padres de la patria por cuanto estuvieron a la cabeza el proceso emancipatorio de Bolivia los llamados doctores charquinos "doble cara", como llama Charles Arnade, versátiles en la impostura cuando de pro españoles en principio para luego resultar los abanderados fervientes de la patria insurgente y aparecer como defensores de la causa patriótica de la independencia de nuestro país.

Por otro lado, por la psicología pleitista de nuestros indígenas fueron presa fácil de los pleitos interminables en los estrados judiciales, junto a mitayos, artesanos y mestizos, es decir, el pueblo subalterno, agravada con litigios postergados e inconclusos, por la densa burocracia tuvieron como único referente a las poses histriónicas del mundo judicial que quedaban a merced de los jueces "huayralevas" de turno con prácticas y modales mal copiados de la moda francesa, en consonancia a primeros textos jurídicos llamados códigos napoleónicos que tuvieron vigencia al inicio de la vida republicana de nuestro país.

La moda parisense de los inicios del siglo XIX influenciaron en los gustos urbanísticos y estéticos, con la presencia del liberalismo en nuestro país, tal como se observa en los edificios patrimoniales que adornan en las diferentes ciudades de Bolivia, sobresaliendo en la ciudad de Oruro, el Teatro Palais Concert, Museo Simón I. Patiño, Banco Mercantil, el desaparecido Teatro Municipal y otros de sello francés. Y, la molda en el vestir de la clase pudiente particularmente del abogado y con mayor particularidad de los señores Jueces.

III. LA DANZA SATÍRICA DE LOS DOCTORCITOS

El escritor Rigoberto Paredes sobre la danza de los "huayralevas" y/o, doctorcitos indica: "Realmente es danza satírica al doctor altoperuano de tan ingrata memoria para los bolivianos. Ridiculiza su fatuidad, su impostura, sus dobles dentro la actividad nacional. El baile, sus movimientos son firuletes, de chiste, sin agudeza, y al final, de tan cómicos que lindan en la pantomima trágica. Es la risa que siente el pueblo observando al mentado doctor boliviano: chirle, vil, rastacuero y tránsfuga político. Al que le ofrece todo antes de obtener su voto, y después de ser elegido le da las espaldas como única respuesta".

En ese orden, Paredes reitera que "el traje como podrá observarse es el de "pije" del Centenario de la República, remedo del que usaban los abogados y políticos, el pueblo al bailar está satirizando a ellos, a quienes los sabe causantes de todas sus desgracias. Es una danza muy festejada por la concurrencia, dado su carácter de burla a un determinado grupo de la sociedad".

IV. EL MACHU TUSUY

Para algunos estudiosos la danza de los Doctorcitos habría sido inspirada por la danza antiquísima de los "auqui auqui" o llamada también,"machu tusuy" particularmente por el ritmo y el uso del bastón retorcido por el viejo criollo español y el bastón de firulete del leguleyo, ratificando "podría decirse que fue inspirada en la danza autóctona Los Auqui Auquis actuales, con la diferencia que esta es preferida por los indios y la otra por las clases populares citadinas".

En la última data la danza de los" Machu tusuy" ( auqui auqui) fueron rescatados del olvido por los estudiantes de la Facultad de Ciencias Agrarias y Naturales en la Entrada Cultural y Folklórica de la UTO , así como de los Doctorcitos por alumnos de la Facultad de Derecho Ciencias Jurídicas Políticas y Sociales que gustaron a propios y extraños.

V. LA DANZA DE LOS DOCTORCITOS EN LA ACTUALIDAD

La danza de los Doctorcitos en el presente siglo es representada como parodia por los proletarios que trabajan en los centros mineros de Catavi, Llallagua, Uncía y Siglo XX, centros mineros, sostén de la economía nacional a través del sacrificado trabajo en los que mantuvieron como danza representativa, de allí fue trasladada al centro minero de la ciudad de Oruro. Níver Montes en su obra Proceso íntimo del Carnaval de Oruro indica que "los trabajadores mineros, sostén de la economía nacional a través de su sacrificado trabajo en los oscuros socavones, también están presentes en las diferentes manifestaciones vernaculares, tal el caso del Carnaval orureño, fiesta pagano religiosa de deslumbrante popularidad y fama internacional donde el carnaval de 1982, -indica Montes- cobra marcada expectativa ante el anuncio de la creación de un nuevo conjunto folklórico, dependiente de la sección Itos, de la Empresa minera San José con una danza diferente a las que existía en esa época, Los Doctorcitos-y su consiguiente presentación por primera vez en esa oportunidad institución fundada en 1981 aunque con una membresía escasa", que se mantuvo pese a los avatares económicos y de membresía que, sin embargo, supieron remontarla y estar presentes hasta nuestros días en el Carnaval de Oruro.

VI. ELEMENTOS DEL ATUENDO DE LOS DOCTORCITOS

No se debe olvidar que en las llamadas retretas dominicales, a medio día, en la Plaza de Armas, "los caballeros paseaban con levitón negro, bastón forrado en plata, guantes de preville, otros de jaquet, cuello tieso y alto sombrero de hongo o chistera y bigotes inhiestos. Las damas de la época lucían sus mejores prendas sombreros grandes adornados con plumas, faldas de seda con amplio vuelo, blusa de pliegues y encajes, guantes hasta el doblez del codo acompañado del infaltable abanico que jugaba un papel importante de coqueteo y galantería femenina".

Prosiguiendo a Paredes sobre el atuendo de los doctorcitos afirma "?se disfrazan con el traje de etiqueta que usa la burguesía para sus fiestas de gala: frac o chaquet, el chaleco de brocado de colores muy llamativos. Cruzan el vientre con una pesada cadena que simula sostener un reloj, que generalmente es un platillo de latón o algún artefacto redondo, y en la solapa, enormes flores de papel". "Sombrero de copa alta. Bastón muy delicado y enormes guantes blancos. En la cara descomunal nariz de color rojo, que a veces lleva un par de anteojos y erizados bigotes kaiserianos. El traje, a propósito confeccionado muy holgado y muy justo para el cuerpo, les hace su figura ridícula y desgarbada, cuelgan de la pechera, pedazos de lata circulares a manera de decoraciones. Algunos prenden un cartel en la espalda donde está escrita la palabra "Weracocha" que en el aymara actual quiere decir: "caballero". Sobre el calzado, getz ingleses que les cubren el empeine al estilo de los elegantes de la década de 1920".

VII. COMPOSICI?N ACTUAL

La danza de los Doctorcitos originalmente como gran parte de los conjuntos folklóricos solo participaban varones, pero a partir de la inclusión de la figura de las secretarias, personas importantes el quehacer jurídico, tanto en los bufetes como en la estrados judiciales, emerge la mujer como elemento importante que da brillo y lustre a esta danza pantomímica y picaresca que causan inusitada simpatía de los espectadores por la gracia y firuletes en el manejo del sombrero con copa y el bastón al compás de la música acompañada, revitalizada con la presencia de colegiales y universitarios que participan en la Entrada Folklórica y Cultural Universitaria que propicia la Universidad Técnica de Oruro, ahora enriquecida con la presencia de damitas con el nombre de secretarias, tan importante en el trabajo administrativo y los bufetes del mundo judicial, otorgando un aire moderno.

Dentro de la coreografía sobresale el manejo del bastón, elemento representativo del "huayraleva" que marca el paso y el ritmo con golpes en el suelo y su agraciada caminata rítmica. "Durante todas estas evoluciones, los bailarines mueven cómicamente el bastón, hacen genuflexiones extremadas, simulan fumar con afectación, se rascan la cabeza o las pantorrillas, saludan ceremoniosamente con el tarro, se limpian la nariz con enorme pañuelo rojo, mandan besos a las mujeres, ofreciéndolo todo sin hablar una palabra. Es danza mímica, humorística, cuando más siguen el ritmo de la música con delicados toques del bastón contra el suelo.

Hoy, la danza de Los Doctorcitos, se convierte en un referente de nuestra juventud, parodia al vestir y forma amanerada al caminar, que acompañados de atractivas secretarias expresan el orgullo señorial de los oidores virreinales, tribunos y jueces posteriormente, que resurge con vitalidad como danza típicamente contestataria al sistema dominante y opresor.

NOTAS

1. AQUINO A. Estanislao, La fiesta de la Virgen del Socavón", Edit., Mac Impresores, 1ra. ed., Oruro-Bolivia, 2016.

2. FAJARDO F. Jorge, "Oruro del 900", Edit., Imprenta Universitaria, Oruro-Bolivia, 1989.

3. MEDINACELI Carlos, "El Huayralevismo", Edit., Puerta del Sol, 1ra. ed., La Paz-Bolivia, 1970.

4. MONTES C. Níver, "Proceso Intimo de Carnaval de Oruro", Edit. Universitaria UTO, 1ra. ed., Oruro-Bolivia, 1986.

5. PAREDES C. Antonio, "La danza Folklórica en Bolivia, Edit. Popular, La Paz-Bolivia, 1991.

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