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Acerca del libro "El hombre que amaba a los perros" - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
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Domingo 29 de enero de 2017

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Revista Dominical

Acerca del libro "El hombre que amaba a los perros"

29 ene 2017

Por: Raúl Pino-Ichazo Terrazas - Escritor, Doctor Honoris Causa, Docente Universitario

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Leonardo Padura es un escritor que debe tomarse en cuenta por su estricto apego a la realidad de sus pensamientos y por la concisión al trasladarlos al lector. La influencia de los cismas políticos en el mundo, como el Muro de Berlín y la muerta y enterrada URSS, convierten a este escritor en un investigador perspicuo para indagar las peripecias vitales y las ideas del ex dirigente bolchevique Trotsky, recogiendo los datos más insospechados e inesperados porque sencillamente emplea la conmoción humana que produjo el asesinato de Trotsky.

La visita personal a la casa donde vivió el ex dirigente que se había convertido en un museo y a su vez en un monumento al desasosiego, al temor, a la zozobra y a la triste victoria del odio; fue una incontenible fuerza interna, después de una larga meditación, que le persuadió a escribir esta novela, verdad y ficción.

Con esta decisión introdujo un periodo de transición para estructurar la novela en su mente hasta arribar al propio ejercicio de la escritura; este periodo duró algunos años de pensar, leer y discutir y, sobre todo, tratar de penetrar con inusitado horror y asombro en una parte, no la integridad, de la verdadera historia ejemplar del siglo XX, siendo necesario introducir las biografías de personajes turbios y contradictorios, empero, reales, que aparecen en el libro.

Cuando se quiere plasmar una novela de la dimensión de "El hombre que amaba a los perros", es imprescindible servirse de la cooperación, conocimiento, experiencia e investigación de decenas de personas que, generosamente, compartieron sus vivencias con el autor y también las incertidumbres sobre la real historia, contaminada y distorsionada por los líderes interesados en su desconocimiento, que abusaron de su poder para su empeño, afortunadamente infértil, pues no se puede desafiar la verdad en la profundidad que contiene el hecho sucedido.

En la primera parte del libro, el autor describe las vicisitudes de la consolidación sentimental de Iván y Ana, con el marco meteorológico furioso del tiempo con los huracanes; paradójicamente unos científicos distantes, expertos en meteorología habían escogido precisamente el nombre de Iván para bautizar a la que sería la más intensa tormenta tropical de la temporada, e Iván lleva en su pensamiento que le sobraba razones para creer que un azar con retruécano pudo haber determinado que aquel ciclón, uno de los más feroces de la historia llevara su nombre, justo cuando otro huracán se acercaba a su existencia y eran las enfermedades de Ana con las cuales se habían acostumbrado a convivir.

La descripción del deterioro de la salud de Ana es riquísima en detalles, hasta que se desató la agonía final. La violencia destructiva de los temporales, con sus olas gigantescas y su inusitada carga eléctrica se regocijarán en la demolición final de La Habana y agrupará la evolución de las múltiples dolencias de Ana, y mientras el huracán comenzaba a degradarse, pues Iván al final había torcido al norte, al territorio norteamericano y a perder su amenguada fiereza en sus vientos, Ana había cesado de acariciar al perro de ambos y, unos minutos después descansaba, al fin descansaba, en la paz eterna.

El autor se define, afirmando que esta historia no es la historia de su vida, aunque también lo es, y sin embargo el lector todavía no sabe quién es el autor, ni tiene idea de lo que va a contar, deja en claro que Ana fue la persona más importante para él y que por ella existe esta historia de "El hombre que amaba a los perros".

Describe el autor cómo se cruzó Ana en su camino: gracias a un perro enfermo que se moría e Iván no siendo veterinario, ante la desesperación de Ana, después de hacerle firmar un papel liberándolo de responsabilidad, el perro Tato, moribundo, al llegar a Iván se convierte en su primer paciente quirúrgico y la operación resultó un éxito. Luego la novela discurre en los ámbitos de las necesidades, los encuentros sexuales y la pobreza, hasta la muerte de Tato a sus dieciséis años cumplidos; la falta de un perro afectó tanto a Ana, ya mujer de Iván, que este alivió la situación con la recogida de un cachorro callejero.

Trotsky, cuyo nombre era Lev Davidovich Bronstein, llamado Lev, estudió matemáticas y luego Derecho; fue un político soviético inquieto y contestatario, actitud que le infligió ser detenido varias veces por su actividad revolucionaria; fue deportado a Siberia de donde se evadió para unirse a Lenin en Londres. Miembro del partido socialdemócrata ruso adhiriéndose luego a la fracción menchevique contraria a Lenin. Presidió el Soviet Supremo en San Petersburgo; en la revolución de 1905 fue arrestado y escapó viviendo exiliado en Viena. Volvió a Rusia y se unió a los bolcheviques y fue uno de los principales organizadores de la Revolución de Octubre. Creó el Ejército Rojo y lo dirigió durante la guerra civil de 1919-20. Luego denunció abiertamente el creciente poder acumulado por Stalin, para oponerse a la construcción del socialismo en un solo país. Fue desterrado a Alma Ata y expulsado del territorio soviético; se instaló en Francia, luego en Noruega hasta recalar en México en el año 1938. Fundó la IV Internacional y fue asesinado en 1940.

Para comprender esta novela y la intención del autor, es necesario, después de la lectura de la sucinta biografía de Trotsky o Lev Davidovich, totalmente plagada de vicisitudes y actitudes erráticas, ingresar a la mentalidad de los constructores bolcheviques y el desborde de la pasión y el odio para crear sistemas de espionaje y persecución política nunca vistos en la historia, de los cuales Lev Davidovich fue una víctima hasta su muerte.

La influencia soviética era muy difícil de contrarrestar, menos soportar por las inacabables sospechas y presiones exacerbadas por la mezquindad y el desprecio a la condición humana; así los agentes de la GPU, se erigen, por la descripción del autor, en amables negociadores pero cometían o hacían cometer los más execrables crímenes.

Los años de exilio de Trotsky fueron una anticipación de los brazos de poder de Stalin, extendidos por toda Europa y, al intentar reorganizar la contraofensiva, se encontró con la internacional comunista, encargada de convertir a Trotsky y a sus ideas en el peor enemigo de la Revolución, además, calificaban en la misma Europa sus pensamientos y escritos como "la herejía trotskista". Este fue el punto de inflexión para reunir información, así como sus escritos de Alma Ata, para estructurar su planeada obra "Historia de la Revolución".

El lector, en los demás capítulos, por tratarse de una frondosa obra, debe vigilar y este verbo está introducido intencionalmente por el recensionista, las influencias, actitudes y servidumbres humanas como lealtades y traiciones de los siguientes personajes:

Â?Los esposos Paz

Â?Los diferentes perros que

alternan en el relato

Â?Nadia Sedova

�Ramón Mercader

Â? Zina

Â?El periodista Knudsen

Â?Jacques Menard

Â?Caridad

Â?El soldado 13

Â?Frida Kahlo y Diego Rivera

�André Breton

La modesta intención de recensionar esta obra no puede extenderse, empero, el lector, sin duda, descubrirá la verdadera personalidad y megalomanía de Stalin; extrayendo la forma en que condujo la política en la enterrada URSS; la vigencia de un odio sórdido para exterminar a los intelectuales y opositores al régimen y, que en la actualidad todavía se perciben brisas de esa conducta.

Es un libro maratónico que, para algunos puede sumir hasta en el aburrimiento, para otros, gran mayoría, la simbiosis de la historia auténtica y la ficción asigna a la obra su logro excepcional.

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