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Domingo 29 de enero de 2017

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Revista Dominical

Los milennials ante el bien y el mal

29 ene 2017

Por: Álvaro Villarreal Alarcón - Psicólogo

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Milennials, o mejor sería decirlo es español "milénicos", es el nombre que se le ha dado a las personas nacidas a partir de 1985 al 2000, con discrepancias en el rango etario de autor a autor, sin embargo, las condiciones sociales que les ha tocado vivir son similares, una bonanza económica y un vertiginoso avance tecnológico marcado por la aparición y masificación de internet.

Dichos factores han convertido a esta generación en la más cómoda de la historia de la humanidad, una historia marcada por las carencias de todo tipo; aún hoy es común escuchar relatos de nuestros padres, que por ejemplo poseían pocos juguetes, la mayoría muy simples. Que sus madres remendaban la ropa y que esta pasaba de hermano a hermano aunque estuviera desgastada. Que en sus casas la comida no se botaba y que había que comerse lo que estaba en el plato. Que para hacer un trabajo en el colegio, debían irse a la biblioteca, o conseguir libros de donde pudieran, para luego escribir con plumafuente con infinito cuidado de que la tinta no se chorreé, porque si no tenías que empezar de cero.

Esto contrasta profundamente con nuestra época de productos industriales masificados, ahora llega todo variado, barato y desechable, donde la información es libre y accesible, y contamos con ingeniosos inventos que nos hacen la vida más fácil.

Ahora que disfrutamos de una vida más sencilla y cómoda también tenemos más tiempo para autorrealizarnos, es por eso que la mayoría de los sociólogos coinciden en que esta generación está muy bien preparada académicamente, al estar las necesidades básicas cubiertas y sobre todo en los países desarrollados de contar con soltura económica, esta generación es la que menos analfabetismo ha visto, y la que cuenta con mayor número de profesionales.

Llegado a este punto podemos suponer que estamos ante una generación iluminada que va a cambiar al mundo para mejor. Sin embargo, en toda generación hay luces y sombras, por ejemplo el sociólogo estadounidense Kathleen Shaputis describió a los millennials como generación bumerang o generación Peter Pan: ya que percibe en ellos mayor dificultad para alcanzar la edad adulta que generaciones anteriores, y por consiguiente tienden a depender y a vivir con sus padres por periodos más largos.

Es ésta, también, la generación que más se ha visto influenciada por el relativismo, tan en boga desde los años setenta, que sostiene que los puntos de vista no tienen verdad ni validez universal, sino que sólo poseen una validez subjetiva y relativa a los diferentes marcos de referencia. Es precisamente esto lo que ha hecho que esta generación no sepa realmente distinguir entre el bien y el mal, haciendo que una de sus principales características sea el individualismo, que no combina bien con los valores morales y las normas éticas de la sociedad, estas que buscan que la gente viva en armonía y fiel a sus principios; en cambio el individualismo se centra en el ser y en las opciones personales, haciendo que estas sean la medida de lo bueno y lo malo.

La sociedad actual impregnada de esta ideología vive una cultura que enarbola como máximo valor a la libertad, una libertad ciega de la tradición y en muchos casos acompañada de la insensatez que ha contribuido al desequilibrio social empezando por la degradación de conceptos como: esfuerzo, disciplina, perseverancia, respeto, entre otros más.

La generación de los millennials se encuentra abocada a redefinir conceptos que generaciones pasadas ya tenían bien definidas, en una especie de lucha de lo nuevo contra lo viejo, se empeñan por ensalzar lo que antes era malo, como novedoso y ventajoso, y con un razonamiento lleno de revanchismo quieren denigrar lo antes bueno.

Un relato del Padre Pío sobre la existencia del mal y del bien, me viene ahora a la mente. "Hay una madre que está bordando en el telar, y su pequeño hijo observa desde abajo, el pequeño ve la labor de su madre, pero la mira del revés y desde abajo, y dice ¡Madre mía que cosa tan fea es ese bordado! Entonces la madre baja el telar y le muestra la parte buena de la labor, todos los colores están en su sitio y todos los hilos en la armonía del dibujo. El mal es como el reverso del bordado, y todos lo vemos desde abajo. Pero ahora la sociedad se obstina por arrebatarle el tejido a la madre y empezar a tejer nosotros mismos, pero del lado equivocado".

Se estima que en los próximos diez años la generación Millennial va a representar el 74 por ciento de la población económicamente activa, de acuerdo a datos de la consultora Deloitte. Esto significa que también asumirán cargos políticos y que estará en sus manos el futuro de la humanidad. Su elección entre el bien y el mal, acabará repercutiendo poderosamente a las próximas generaciones. En tiempo de grandes elecciones hay que callarse y escuchar la voz de conciencia.

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