Miercoles 25 de enero de 2017
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El presidente ha vuelto a cambiar de idea sobre la estrategia que seguirá para conseguir su re-re-re. Ahora ya no renunciará unos meses antes para habilitarse, dejando a García Linera en el cargo de presidente sucesorio, como era la idea anterior.
Esta vez ha dicho que quiere a Linera junto a él, como candidato a la vice en 2019. No es que desconfíe de su "toro blanco", como lo llamó en una entrevista, pero no piensa dejarlo en el cargo. Lo quiere a su lado, bien cerca, como en una yunta, dijo, aunque olvidó que las yuntas no son de toros, sino de bueyes. Son detalles que un estadista no tiene por qué saber.
El nuevo plan es llegar juntos a la candidatura: "tenemos ganada la elección", según dijo después, olvidando que, antes del referéndum del 21F había dicho algo parecido: "Esto es pan comido", un pan que se le atragantó.
Hay una diferencia entre una elección y un referéndum, lo sabe muy bien el presidente. En la elección se da aquel fenómeno por el cual, en Venezuela, con 32% de los votos, Chávez consiguió 60% de los parlamentarios, y la oposición, también con 32% de votos, sólo 30% de parlamentarios. Una periodista que preguntó a Chávez por ese fenómeno fue expulsada de la conferencia de prensa. En este caso sí que es "pan comido" en Bolivia.
