En la medida que pasa el tiempo, sube la cuenta que Chile acumula como una deuda con Bolivia, por el uso permanente de las aguas de la vertiente del Silala que se ubica en territorio boliviano y fluye al país vecino por un desvío cuya construcción admite haberla hecho Chile.
La tesis chilena de que "la inclinación natural" que existe en la región hace que el agua fluya a su territorio, situación que niega Bolivia y ratifica su denuncia por el desvío que el país vecino construyó para aprovechar el recurso hídrico.
La teoría chilena ha sido refutada, argumentando que desde 1908 tras la concesión de ese recurso a The Antofagasta Railway Company, funcionarios del país vecino se ocuparon de realizar obras civiles en la región del Silala para desviar el curso de las aguas que nacen en el manantial ubicado en territorio boliviano, en el Departamento de Potosí. Otros datos confirman que en 1961, la empresa ferroviaria reemplazó sus locomotoras a vapor por máquinas a diesel, transfiriendo arbitrariamente el uso del agua (proveniente de Bolivia) al Estado chileno. Más adelante en la década de los 90, Bolivia revirtió la concesión del recurso, pero las aguas continuaron fluyendo a territorio chileno por la canalización que efectuó Chile.
No hace mucho Chile admitió que canalizó con obras físicas el desvío de las aguas del Silala a su territorio. La agente de ese país ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), por la demanda del Silala, Ximena Fuentes, admitió que se hizo la canalización para evitar la contaminación de las aguas". Una prueba por demás contundente, aunque se quiera señalar que su uso estaba dirigido a mantener las locomotoras, hecho que cambio, pero no el desvío de las aguas que persiste hasta el presente.
Chile demandó a Bolivia ante la CIJ, reclamando derechos sobre las aguas que fluyen a su territorio, argumentando que se trata de un río de curso internacional, aspecto que Bolivia descalifica, demostrando claramente que las aguas provienen de las vertientes del Silala que nacen y mueren en su territorio en Potosí y que fueron desviadas artificialmente sin ninguna compensación y sin autorización.
La funcionaria chilena Fuentes señaló que "en Bolivia dicen que esto es un manantial, bueno, no hay duda que el origen es subterráneo y en ese sentido hay manantiales (?)", eludiendo señalar que esos manantiales tienen una ubicación geográfica y los del Silala están en territorio boliviano.
El asunto se debate en la CIJ y ese tribunal fijó hasta el 3 de julio 2017, como plazo para que Chile presente la memoria del proceso.
En lo que corresponde a Bolivia, un equipo mixto, nacional e internacional, trabaja en la réplica que se presentará ante la CIJ en el caso de las aguas del Silala y por supuesto lo que corresponde a la demanda marítima con el derecho y la justicia de nuestro lado, afirmó el procurador del Estado Héctor Arce.
En este proceso, Bolivia tiene en su poder estudios chilenos que dan cuenta que ese país canalizó el Silala por 20 años, desarrollando ese trabajo antes de obtener la concesión boliviana en 1908. El hecho además de los documentos bolivianos, se afirman en otros de fuentes informativas del país vecino. Las pruebas son claras, El Silala está en Bolivia y sus aguas son desviadas artificialmente a Chile.
Fuente: LA PATRIA
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