En medio de indiferencia: Plaza del compositor César Achaval

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Uno de los espacios más reducidos de nuestra ciudad consagra a uno de los compositores de la música del Himno a Oruro: Mayor César Achaval, quien fuera cultor de éste arte y que dejó postreramente obras magníficas. La plaza que lleva su nombre, se ubica frente al Policonsultorio 10 de Febrero en la esquina de la calle Pagador y la curva de la Avenida Sargento Flores, contiguo a la antigua Clínica Ferroviaria ahora Materno Infantil, divididos por una estrecha calle que conecta hacia el oeste con un ángulo de esta plaza.

Su tamaño es irregular similar a un triangulo isósceles y sus pequeños jardines son una invitación a un descanso ocasional, pese a que algunas veces sirve como espacio para degustar de comida matutina en contraste con el carácter cívico departamental que debería tener.

Consagrar el homenaje a través del nombramiento de una plaza, corresponde a justicia, sin embargo, queda pendiente a quien escribiera la letra José Encinas Nieto; ambos, junto al Mayor César Achaval son reconocidos como compositores de este Himno cantado en ocasiones cívicas, desfiles locales, y eventos públicos donde se realza el sentimiento orureño.

Este himno no pierde actualidad por los versos que consagra en el ámbito sino enaltece la amplia geografía cuando cita nuestro Trono sublime como guardián de nuestra frontera departamental.

Rememorando, fue en el año de 1920 que la Municipalidad juntamente al quincenario “El Germinal” organizan un concurso para un himno local, en aquel tiempo era entonado el Canto a Oruro compuesto por Adolfo Mier además era conocido un himno del Padre Porfirio Miranda Rivera; sin embargo, era necesario de tener uno oficial que levante el espíritu del orureño de la época.

Los ganadores de este concurso precisamente fueron Cesar Achaval y José Encinas Nieto, el Himno se estrenó en noviembre de 1920, pero no fue sino hasta 1929 que se oficializó como himno del Departamento. Lamentablemente el Mayor César Achaval no fue testigo de esta obra, falleció intempestivamente el 26 de agosto de 1925. Queda como herencia aquella melodía entonada en actos cívicos locales, despertando el sentimiento regional.

En nuestra exploración, encontramos esta triangular plaza consagrada como dijimos al compositor de la música al Himno a Oruro, el peatón que ocasionalmente descasara en uno de sus bancos podrá conocer a través del busto en su parte central a este insigne militar cultor de la música, para que deje de ser un espacio escondido invadido de indiferencia como muchos Rincones de mi Tierra.

Fuente: LA PATRIA