Lunes 16 de enero de 2017
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Editorial y opiniones
Bautismo de MarÃa, del apóstol Juan y de la primera Iglesia
16 ene 2017
Miguel Manzanera SJ
Posiblemente algún lector se extrañe al leer el tÃtulo de este artÃculo, ya que en los evangelios se habla tan sólo del bautismo de Jesús en el rÃo Jordán por parte de Juan Bautista (Jn 1, 22-24; par.), aunque se da a entender que también fueron bautizados los discÃpulos que seguÃan a Juan Bautista y luego más tarde a Jesús. Se trataba de un bautismo (baño) de penitencia donde los bautizados debÃan confesar públicamente sus pecados antes de que Juan les sumergiera en las aguas para someterles al lavado externo, como sÃmbolo de la limpieza interna que suplicaban a Dios pidiendo su perdón.
Jesús, aunque no habÃa cometido pecados, quiso solidarizarse con todos los pecadores, aceptando asà en su propia carne el castigo divino que merecÃan. Pero el bautismo de Jesús fue también un renacer a una nueva filiación divina al ser proclamado como Hijo por la Voz de lo alto o sea de la Rúaj (EspÃritu) Divina., Esposa del Padre celestial.
A partir de ese momento Jesús vivió más plenamente su propia identidad filial. Por eso, un poco más tarde, le aclaró a Nicodemo: "El que no renazca del agua y de la Rúaj no puede entrar en el Reino de Dios", declarando asà su propia experiencia de ser Hijo de Dios (Jn 3, 5). Ya el mismo Juan Bautista habÃa anunciado que llegarÃa alguien, más grande que él, que les bautizarÃa en la Rúaj Santa (Mc 1, 8).