"Fueron los curacas los que bajo la administración colonial se vieron obligados a adoptar el tÃtulo de "caciques" como en el Caribe, conservando con ello parcialmente sus facultades de gobierno y administración, asà como su legitimidad, pero sujetos al sistema de explotación colonial. Sin embargo, el cacique conserva aún los rasgos nativos de autoridad, como es el ser Awki (padre) de ayllu. Esta es la base de su legitimidad" (Carlos Mamani - Igidio Naveda: Reconstitución del ayllu. 2016).
Durante todo el perÃodo colonial varios caciques descendientes del periodo prehispánico hicieron sus trámites para lograr su reconocimiento, como fue el caso de los Huayna Cápac, Cusi, Cusicanqui, Calahumana, Quirquincha y Kutipa en el Alto Perú, entre muchos otros.
Italaque, población ubicada en el actual municipio de Mocomoco, de la provincia Camacho del departamento de La Paz, no quedó exenta de los cacicazgos y su propio proceso histórico y conto para el Siglo XVI como refieren los registros de la parroquia de Italaque "con tres caciques, uno por parcialidad. Estos caciques eran de la familia Quenallata en la parcialidad de Huarcas, Ninacanchis en la parcialidad de Canchis y Kutipa en la parcialidad de Pacaures". Y es de este último cacicazgo al que nos dedicaremos en esta oportunidad.
Según los registros del Archivo General de las Indias en Sevilla España (AGI, 532): Los Kutipa son originarios del Cuzco y tienen relación con la familia del Inca Pacha Kutiy Yupanki, en tiempos prehispánicos.
En ese contexto, es que en el siglo XVI se crea la nueva reducción colonial de Italaque como los cita el registro del Archivo General de las Indias en Sevilla España (AGI, 532): "En 1596 Charazani forma una parroquia, Mocomoco otra, Carijana y Camata se reúnen en la misma, Umanatta debe unirse a los indios Canchis de Usadca para formar la nueva reducción y la parroquia de Italaque". Y son los cacicazgos Ninacanchi, Quenallata y Kutipa la base social y administrativa de este nuevo territorio.
Como testigos de esta administración cacical queda el legado plasmado en la construcción de la iglesia de Italaque. Dejando su sello personal en la parte inferior en el arco labrado en piedra caliza de la puerta principal de la iglesia que el cura Cejudo denomino "Mascarones Quenallata".
Por otra parte, tal fue la eficacia de la organización cacical que para la construcción del empedrado de la plaza principal de Italaque lograron distribuir espacios a los 49 ayllus o comunidades que para el siglo XVI constituÃan la reducción de Italaque divididos estos en tres parcialidades o grupos culturales (Huarcas, Canchis y Pacaures). La tradición oral y los registros en los libros de actas de Italaque describen sobre el cuidado y limpieza de la plaza de Italaque: "A cada ayllu o comunidad de Italaque se le designaba un cuadrado del empedrado de la plaza: para su cuidado, protección y mantenimiento, siendo el cumplimiento del mismo un deber ser categórico para su comunidad"
La mitad del siglo XVIII estuvo marcada por una fuerte intromisión y usurpación por parte de españoles y criollos en la sucesión de cacicazgos en varias regiones. El cacicazgo Kutipa fue vÃctima de la intromisión española, en el año 1750 Julián RamÃrez, un español casado con la hija del Cacique Pablo kutipa, quien se autonombró y usurpó el tÃtulo de cacique cometió una serie de abusos al extremo que los indios de la parcialidad de Pacaures denunciaron en la Real Audiencia de Charcas el asesinado del comunario Francisco Mamani, estos hechos tuvieron su desenlace una vez expulsado de Italaque al español Julián RamÃrez, y devolviendo el tÃtulo de cacique a Sebastián Kutipa, indÃgena y legÃtimo heredero. Asà lo registra el Archivo Nacional de Bolivia en expediente (ANB EC 1755 No 56), el cual fue estudiado y citado por Sinclair Thomson en su libro "Cuando solo reinasen los Indios"
Con la independencia de 1825 la figura del cacique fue desvalorada y denigrada por ser un tÃtulo solo de indios, razón para que muchos descendientes del cacicazgo Kutipa se cambiaron el apellido indÃgena por uno español. Conocido es el caso que alguno se cambió de Kutipa a Ortiz, renunciado con esto a su linaje indÃgena e Incaico.
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