El libro de referencia, cuyo autor es el jurista español Juan Pedro Casano es una profunda invocación a la conciencia moral de los abogados en el mundo, matizada con situaciones jurÃdicas reales y otras extraÃdas de la galera de la ficción.
Cosano, que ha recibido el premio Abogados de Novela 2014, convocado por el Congreso General de la AbogacÃa Española y la Mutualidad de la AbogacÃa, penetra y desenhebra en inextricable ovillo subjetivo de la conciencia como una autoridad interior, entendiéndola como está prescrito en la interpretación filosófica, y que nadie puede negar su inmutable presencia. La virtud del libro reposa en la enseñanza de oÃr la voz de la conciencia; en el sufrimiento interior que producen las constantes tentaciones para desviarse a la corrupción y en la lucha que escenifican la codicia que inclina la profesional a captar cualquier caso, aunque lo sepa perdido sin iniciarlo por unos honorarios frente a la moral y a la ética que le impiden despeñarse en el abismo de la corrupción, como si fuese solo una circunstancia eventual sin sopesar la peligrosidad que entraña en las futuras acciones del abogado, pues aquélla, sin asimilar la conciencia del yo que es el apercibimiento, desestructura a la persona en sus valores, atenuando su visión frente a los estragos que genera la corrupción, amén de santificar esa práctica como consecuencia de la presión de la costumbre de la mayorÃa y del medio.
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El autor se centra, preocupa y elabora un esquema para transferir al lector a esa lucha interna que atormenta al profesional jurista, sumiéndolo en un paroxismo que le impide hasta dormir y realizar sus actividades sin la sombra de la exigencia de la conciencia interior por una decisión y que le resta el equilibrio emocional: o abogado de pobres; honesto, consecuente, diligente y de invariable e inmaculada aplicación del Derecho para que surja el bien supremo de la justicia o abogado de pobres corrupto, desleal, mitómano, codicioso y proclive al patrocinio infiel.
La atención que todo abogado debe deparar inexcusablemente a la conciencia moral es un objetivo cardinal en la obra de Casano pues como recencionista de este libro debo señalar que la conciencia moral nos infiere a la capacidad del espÃritu humano parta conocer los preceptos y leyes mortales, en su sentido lato, mas importante es su sentido estricto definiéndola como la autoridad interior que se manifiesta a todo ser humano de manera enteramente perceptible y personal para inducirla a lo que debe hacer o dejar de hacer, emitiendo su voz y, esto es lo determinante, antes de la acción, como una incesante e indeclinable voz avisadora, prohibitoria, preceptiva o permisora; concluyendo su acción benéfica con el juicio laudatoria o condenatorio, según la decisión elegida por el individuo.
El autor sitúa las acciones de su novela en un tiempo muy determinante para España, en el cual Carlos III impulso el reformismo administrativo destinado a fomentar el comercio y los ingresos, sobre todo los procedentes de América, denotando, en sus descripciones, un conocimiento profundo del lenguaje español de entonces, aun en las narraciones mas embarazosas, hoy en desuso, para dar lugar a la innovación y evolución del idioma español. Este detalle permite incrustar a los personajes en la fidelidad de usos y costumbres de la época en Jerez de la Frontera; maravillosa expresión geográfica de España para el desarrollo de su inventiva novelesca.
Decisivamente importante para el lector y el abogado que lea esta obra es analizar descomponiendo el todo, para desgajar la decisión final del abogado de pobres que atormentado por la fuerza de la conciencia moral, en primer término, y luego por las cotidianas y deprimentes carencias para superar las necesidades biológicas, a lo cual se suma la profunda decepción por la servidumbre humana que comprueba dÃa a dÃa por su innata y ejercitada psicologÃa, no se rinde, y elige la senda correcta de la honestidad, diligencia, fidelidad al cliente y de la empatÃa exacerbada por los asuntos que trata. En ese borrascoso transitar hasta obtiene el amor sincero y leal de una bella joven.
Todo un ejemplo de abogado, muy reflexivo y aplicable a nuestros tiempos para aprehender que la profesión social más importante de la humanidad, pues se relaciona sin excepción con todas las demás actividades académicas, debe ejercerse con estas inviolables premisas, cuya naturaleza espiritual en su peculiaridad de servicio al cliente que sufre, es incomunicable, y no perderse definitivamente en los execrables entresijos de la corrupción.
(*) Abogado Corporativo, doctor Honoris Causa, Presidente Sociedad de Escritores de Bolivia