En la medida que avanzan las dos primeras semanas del nuevo año, todavÃa queda en la gente el deseo de formular pedidos, esperando que no pase el tiempo propicio para ese menester que es parte de la esperanza común en busca de mejores dÃas, del cumplimiento de promesas y la cristalización de anhelos que por muchas causas quedaron postergados el año que se fue.
De manera generalizada la gente de a pie, por esa misma circunstancia de movilizarse, desea mejor transporte público, calles con aceras expeditas para caminar con seguridad y comodidad, por lo menos un ordenamiento relativamente controlado que facilite a los peatones llegar oportunamente a fuentes de empleo, a cumplir gestiones urgentes, a realizar compras para surtir la despensa del hogar, todo en un ambiente de respeto y mutua consideración, lo que permitirá sonrisas, borrando la ira manifiesta que se observa en rostros de ciudadanos cuando se encuentran con bloqueos que no dejan caminar regularmente o porque las aceras están ocupadas y además el ruido insoportable de bocinas, altavoces y música estruendosa, dañan los tÃmpanos y provocan una lógica reacción de ira ante el desorden permanente en la ciudad.
Pedidos hay muchos, se realizan algunas encuestas en medios periodÃsticos y las coincidencias son muy claras, cuando los ciudadanos piden a las autoridades un trabajo responsable, con buen uso de los recursos públicos, dejar los gastos indebidos alentando proyectos suntuarios, cuando hay barrios que necesitan la reparación de sus calles, el trabajo de maquinaria pesada y una capa de ripio para devolver cierta seguridad a los vecinos que en algunos barrios, como lo dijimos en nota anterior, viven con el agua en las canillas.
La gente pide que las autoridades dejen sus cómodas oficinas y salgan a las calles para darse cuenta de manera directa del caos reinante y disponer en este caso con "conocimiento de causa", las medidas necesarias para eliminar los problemas y generar bienestar colectivo.
Los planteamientos más comunes corresponden a la necesidad de solucionar problemas de saneamiento básico, salud, educación, ordenamiento urbano, seguridad ciudadana, cumplimiento de compromisos pendientes que se arrastran por años y que no son objeto de atención prioritaria, como los casos del mercado central, el embovedado del canal Tagarete, la aplicación de disposiciones que pongan orden al caos vehicular, que se controle diariamente y en varios sitios, el desempeño del transporte público, que se disponga señalización vertical en las calles, no sólo prohibiendo el estacionamiento de vehÃculos, sino disponiendo paradas para minibuses, micros y taxis, creando además sitios de parqueo para una ubicación temporal pero segura de movilidades particulares.
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